Epílogo

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06 de diciembre. Seis años después.

Abu Dabi.

Chloe

—¡Asher Truswell vuelve a coronarse como campeón mundial! ¡Señoras y señores, la leyenda, McQueen lo ha hecho de nuevo, arrasador como siempre llevándose su noveno campeonato mundial!

» Como todos saben, hoy fue la última carrera de esta leyenda, porque sí, Asher Truswell él niño que comenzó corriendo karts por diversión hoy se retira como lo que siempre deseo ser; una leyenda.

Todo mundo estaba eufórico al ver ganar a mi esposo. Casi iba a llorar, sin duda esto significaba el final de una era. Estoy segura de que Asher fue, es y será la inspiración de muchas personas incluso un ejemplo a seguir a pesar de sus errores, porque sí, es de humanos equivocarse.

Nuevamente todo se quedó en silencio al escuchar el himno de estados unidos, estaba muy segura de que había algunos fans que incluso estaban llorando de felicidad o de tristeza.

—¡Mami, mira qué lito se ve papá! —chilló mi pequeña hija llamando mi atención mientras señalaba a su padre.

Sonreí mientras asentía.

—Lindo, As— le corregí —Es increíble verdad— le dije mientras seguíamos observando a Asher.

Hace cuatro años nació nuestra niña y a comparación de la mayoría de niños nosotros si la habíamos planeado ya que un día solos nos sentamos a hacer planes de nuestra vida y bueno, la idea de tener un hijo salió casualmente.

Y he aquí a la niña de sus ojos, una pequeña niña de cuatro años de ojos azules y cabello castaño claro con algunos mechones rubios que siendo sincera era una consentida y un poco caprichosa, pero no podíamos ser diferentes con ella, era tan linda y amorosa que hacía que te derritieras por sus encantos.

Cuando el himno de Alemania comenzó a sonar Asher bajó un poco la cabeza, sus ojos se cruzaron con los míos y nos sonrió. Luego lanzó un beso, Aspen le lanzo un beso y yo le sonreí orgullosa.

A estas alturas no podía creer que Asher y yo estuviéramos juntos. Estaba loca por él no podía negarlo, me encantaba pasar tiempo con él, viajar a cada maldito país del calendario, verlo correr los fines de semanas y ahora disfrutar de nuestra niña.

Después del champagne Asher bajo y se acercó a nosotras. Aspen inmediatamente estiro los brazos para que su padre la abrazara.

Él lo hizo, le dio un beso en la mejilla y luego me dio un corto beso en los labios.

—Papi, gasnaste

—Ganaste— ahora le corrigió él—Y si, corazón, papá ganó ¿Y qué crees? —interrogó él mientras que con su mano libre tomaba la mía.

Fire on wheels (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora