Para Asher Truswell las carreras son su salvavidas, lo han acompañado desde pequeño y su sueño siempre ha sido ser una leyenda del mundo de las carreras, pero sus sueños se ven truncados después de una larga noche de sustancias ilícitas que provocan...
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≫≫≫≫≫≫✧≫≫≫≫≫≫ 29 de noviembre. Brasil. Asher
Hace dos noches que Chloe y yo llegamos a Brasil, ya que queríamos pasear por lo menos unas pocas horas por un lugar tan hermoso como Brasil. Y la historia con la que todos contaban era que Chloe había decidido llegar antes con Ali y que yo volé el miércoles hacía este país.
Así que a las cuatro y media de la madrugada –porque para mí es de madrugada– mi alarma nos despertó, tomé mis cosas para regresar a mi habitación ya que a partir de las cinco todo el maldito equipo ya se paseaba por los pasillos.
Solo dos carreras más.
Estábamos en la recta final de la temporada y del año. Eso era muy emocionante para mí, porque en un mes recibiría el trofeo de campeón mundial además de que por fin podría estar con Chloe libremente... a pesar de que eso me costara mi asiento en el equipo de mis sueños.
Tenía algunas semanas mentalizándome y recordándome que lo más probable era que la próxima temporada no iba a correr nuevamente, lo cual, estaba bien, aunque al principio me había tomado un poco mal esa idea creo que ya estaba familiarizándome con eso. Iba a estar bien, si sobreviví un año sin estar en un monoplaza iba a sobrevivir otro, no era el fin del mundo.
Mi vida y mi carrera no iban a terminar por un año que me tomara para encontrar otro equipo. Aleje esos pensamientos de mi mente, no necesitaba pensar en eso por ahora.
—Te veo más tarde— murmuré y le di un corto beso a Chloe, quien solo asintió aun adormilada. Salí de su habitación y me dirigí a la mía. Me apresure a meterme dentro de la cama y volver a dormir.
Más tarde desperté gracias al sonido de mi alarma... otra vez.
Duré una hora arreglándome, para las siete y media ya iba al circuito. Hoy ni siquiera me había molestado en revisar mis redes sociales a pesar de que mi teléfono estaba a nada de explotar por las notificaciones. Simplemente lo ignore, hoy no me apetecía nada revisar que era lo que había en Instagram o twitter.
Cuando llegué al autódromo algunos fotógrafos comenzaron a sacarme algunas fotografías. Justo cuando iba a desayunar mi teléfono empezó a sonar en mi bolsillo, por lo cual lo saqué inmediatamente. Vi el nombre de Albert en la pantalla.
—Hola buenos días— salude animadamente mientras seguía caminando con él sol golpeando mi rostro.
—En mi oficina. Ahora—ni un "Buenos días" ni nada, su voz fue tosca y sin emoción alguna lo que solo causo que mi sangre se helara, creo que nunca me había hablado en ese tono y era muy alarmante, tanto que supuse que era por algún problema del monoplaza. No quise siquiera pensar en lo que pudo haber pasado con el auto.
Sinceramente espere la peor noticia, la cual en mi mente era que no podríamos correr este fin de semana. Llegué a las oficinas saludé a algunas personas del equipo. Guarde mi teléfono en mi bolsillo al estar afuera de la oficina. Toque la puerta con los nudillos.
