Para Asher Truswell las carreras son su salvavidas, lo han acompañado desde pequeño y su sueño siempre ha sido ser una leyenda del mundo de las carreras, pero sus sueños se ven truncados después de una larga noche de sustancias ilícitas que provocan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
≫≫≫≫≫≫✧≫≫≫≫≫≫
Asher Mi boca estaba seca y pastosa, mi garganta me dolía cada que intentaba pasar saliva y mis ojos me pesaban a tal grado que ni siquiera quería abrirlos, la claridad me iluminaba el rostro calando en mis parpados cerrados. Mi cabeza me pesaba y me punzaba a cada tres segundos.
Quería seguir durmiendo, no obstante, algo se sentía raro, no estaba en mi hotel, escuchaba pájaros cantando y no el sonido habitual de los autos pasando junto con el bullicio de la ciudad al que ya estaba tan acostumbrado.
Además, la cama estaba extrañamente cómoda, no juzgo las camas de los hoteles en los que me he quedado son cómodas, pero esta estaba aún más.
Quise abrir los ojos, sin embargo, sentía mis parpados pegados. Solté un suspiro frustrados y me force a abrir los ojos. Lo primero que vi fue un techo de madera. Al principio no le tome importancia, ya que estaba intentando recordar los últimos acontecimientos de hace unas horas atrás, pero por más que intenté recordar solo había un espacio en blanco.
Luego me levante de la cama alarmado, no estaba en mi hotel, ni siquiera creía que estuviera en México o Londres. Estaba en una habitación de cuatro por cuatro en una cama King size. Tal vez era una cabaña porque todo era de madera, vi maletas en la esquina de la habitación, eran seis maletas.
Caminé hasta la puerta corrediza y puse sentir la madera fría debajo de mis pies descalzos.
Abrí la puerta corrediza cayendo en cuanta de las montañas que estaban frente a mí, era una vista impresionante y aun había algo de neblina, ni siquiera había salido la luz del sol o apenas se había escondido, no lo sé.
A unos metros frente a mí en el mismo balcón vi una cama de red con algunos cojines. Todo era impresionante, pero estaba muy confuso.
No sabía cómo había llegado aquí y ni siquiera sé dónde estoy.
Regrese a la habitación y vi mi teléfono sobre la mesa de noche, lo tomé inmediatamente y llame a la primera persona que vino a mi mente. Un tono, dos tones y por fin respondió.
—Hola cielo—
—Mamá no sé dónde estoy desperté en otro país. Creo que me secuestraron— hablé bastante rápido como para confundir a alguien.
—A ver— suspiro al otro lado de la línea— ¿Cómo que estas en otro país Ashie? —interrogó mi madre con un deje desconfiado, como si le estuviera mintiendo o algo por el estilo, tal vez creía que era una broma.
—Sí, no sé dónde estoy, anoche estaba bebiendo tequila en México y luego hay un vació en mi mente— respondí y dudé de mí mismo.
La última vez que terminé en un lugar que no era mi hotel fui escandalo mundial, perdí toda una temporada y me gané el odio de medio mundo.