Para Asher Truswell las carreras son su salvavidas, lo han acompañado desde pequeño y su sueño siempre ha sido ser una leyenda del mundo de las carreras, pero sus sueños se ven truncados después de una larga noche de sustancias ilícitas que provocan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
≫≫≫≫≫≫✧≫≫≫≫≫≫
Mogyoród
Asher
Chloe y yo no hablamos luego de despertar abrazados, simplemente cada quien hizo lo suyo, yo me largué a mi habitación en cuanto abrí los ojos y ella se escondió en el baño hasta que me fui.
No supe en qué momento de la noche terminé abrazando a Chloe, tampoco me entere cuando ella termino enredando sus piernas entre las mías. No me gustaba para nada la idea de haber dormido con Chloe de esa forma tan... ¿romántica? Pero cierta parte de mí añoro esa sensación y quería guardarla por siempre.
Pero quería borrar esa sensación de mi cuerpo y de mis entrañas, porque no estaba bien sentir eso aun así no podía hacerlo. Esperaba que fuera un problema de salud lo que sentía en mi pecho y amor, sí, definitivamente si necesitaba ir al médico.
—Cuando te pida que te quedes no lo hagas, solo ignórame, estaba borracha—soltó Chloe caminando de un lado a otro en la sala. Solté un suspiro. Dios mío me iba a rogar y ahora viene a decirme esto. Rodé los ojos. Miré como la molestia irradiaba de sus poros, me recordó un poco a Susan Storm en Fantastic Four cuando intercambia poderes con Johnny no sé por qué.
Por dios, la próxima vez iba a dejarla sola en su habitación.
—Si bueno, no digas que me vas a rogar y no me quedaré— respondí tranquilamente, como que si no me molestaba su actitud de niña pequeña. Ella me miró llena de frustración. Le di media sonrisa, una sonrisa cínica. Me fulmino con la mirada.
—No me hagas caso, es complicado Asher. Estaba tan ebria que ni siquiera recordaba donde estaba Ali— murmuró aun caminando de un lado a otro, comenzaba a desesperarme verla caminar de allá para acá. Nuevamente rodé los ojos, por dios ya me estaba cansando de este sermón innecesario.
—Hay que alejarnos, no está bien— respondí mientras estiraba mis piernas. Ella asintió dándome la razón por primera vez en la vida, algo sorprendente, ya que para todo necesitaba darme la contraria.
Soltó un suspiro.
La miré por unos segundos más. Vi como la camisa de WR se ajustaba a su pequeña cintura gracias al nudo que llevaba enfrente. Y sus pantalones de vestir también se ajustaban perfectamente a su cadera bajando por sus piernas. Maldita sea le quedaba tan bien ese tipo de ropa, al igual que los vestidos que suele usar. En realidad, todo le queda bien.
—Deja de mirarme, no haces fácil la tarea— murmuró tranquila, miro sus largas uñas pintadas de color verde brillante.
Mi mente divago a cómo sería tener sus manos sobre mi espalda mientras arremeto contra ella.