Para Asher Truswell las carreras son su salvavidas, lo han acompañado desde pequeño y su sueño siempre ha sido ser una leyenda del mundo de las carreras, pero sus sueños se ven truncados después de una larga noche de sustancias ilícitas que provocan...
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Northampton.
Chloe
Por lo menos un fue un viaje tan largo como otras veces. Sin embargo, el cansancio que habitaba en mi cuerpo era indescriptible. Varias noches en vela buscando alguna idea buena para las promociones que tengo que hacer con este par de pilotos. Los cuales nuevamente ya comenzaron a odiarse. Al parecer la amistad se quedó en ese bosque austriaco.
Mire el techo de la lujosa habitación de hotel. Medite durante unos momentos que hacer con mi existencia, ya que el cansancio me consume y necesito ese merecido descanso de verano. Estoy esperando a que lleguen las vacaciones, aunque realmente también tendré trabajo que hacer, pero adelantare todo lo que pueda en lo que llegan mis vacaciones.
Los golpes a la puerta me sacaron de mi ensoñación. Me levante apresuradamente. Me puse la bata blanca ya que solo tenía puesta la ropa interior y fui a abrir.
Uno de los botones estaba frente a la puerta cargando tres cajas del mismo tamaño y color.
—Señorita Wagner, le han mandado esto— me tendió las tres cajas. Fruncí las cejas, sin embargo, tomé las tres cajas y cerré.
Bien podrían haberme mandado una bomba y moriría aquí por tonta.
Mi mandíbula se desencajo cuando las deje sobre la cama y vi que encima de las tapas decía Dior.
No puede ser. No lo hizo. Claro que no. Seguro solo es una broma.
Abrí la primera caja y solté un chillido al ver el bolso Lady Dior color negro. Conseguí abrir las otras dos con las manos temblando.
Eran tres bolsos Lady Dior en blanco, negro y rosa.
Oh por dios. Me voy a desmayar.
Con lo que cuestan estos bolsos es mi sueldo de todo un año y que decir de los tres juntos. El sueldo de tres meses.
Dios mío. No sabía qué hacer. Estaba totalmente segura de que fue Asher. A él le hice esa broma del bolso. Dios no. Solo era una broma. No lo dije enserio.
Tome mi teléfono inmediatamente y marque su número.
Me respondió al primer tono.
—Era una broma— fue lo primero que le dije. Escuche su suave risa al otro lado de la línea. Mi pobre corazón me latía en los oídos. Mis ojos no se movían de esos bolsos.
Dios santo cada bolso cuesta más de cinco mil euros. Y Asher no compro uno.
Compro tres.
—Lo sé sunshine— pauso y escuché una leve respiración— considéralo un regalo de cumpleaños adelantado y tres invitaciones a cenar— me quedé boquiabierta.
