003

640 118 10
                                    

Camino al norte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Camino al norte



Lowen Voreoti

Observó impasible a través de la ventana, atento a cómo Lionia alababa su nuevo atuendo junto al caballero Ravipas. No era necesario que la vigilara tan de cerca, no sentía esa sensación hostil en ella y a Lionia parecía agradarle su presencia, así que estaba bien. Debo admitir que la noche no fue tan mala como esperaba.

Fue menos solitaria.

No pensé que él se quedaría conmigo toda la noche. Me contó acerca del norte de forma detallada, lo describió como una tierra salvaje y la gente que nacía en esa región lo hacía notar. La gente del norte era conocida por ser osada y en su mayoría eran fieles al señor de sus tierras. Su clima frío me llamaba bastante, la mayor parte del año brisas frías cubrían el norte y quizás sea la razón por la que muchos no soportan habitar en el lugar.

Pelliot Voreoti, el señor del norte y el llamado bestia negra a lo largo del imperio, ahora era mi padre adoptivo. No fue desagradable su compañía nocturna, hasta se me hizo divertido como disimulaba su cansancio entrecerrando los ojos. Batallo bastante para permanecer despierto junto a mi hasta el amanecer, donde por fin cedió y descansó una dos horas como mucho.

— Ahora pareces una persona —dice el pelinegro mayor inexpresivo.

Frunzo el ceño ante los chillidos de la menor.

Tan ruidosa.

— ¡Soy una persona, deberías darme un cumplido! —reclama molesta.

Apoyo mi brazo en el ventanal sin molestarme en voltear a verlos.

— ¿Por qué debería darte un cumplido cuando ni siquiera eres bonita? —cuestionó curioso.

— No es demasiado, ¡ahora eres mi padre! —recrimina la enana gritona.

Es la primera vez que lo acepta tan naturalmente.

—¿Y me llamas señor? —cuestiono con obviedad.

Tiene un punto.

— Eso es porque.... —guarda silencio y puedo imaginar el sonrojo en ella sin verla, común en ella cuando admite algo que le apena—¡Es porque no estoy acostumbrada a decir papá!

— Y yo no estoy acostumbrado a dar elogios, tu hermano no parece quejarse por ello —justifica con desgano.

— Es porque siempre me atacas a mi, ¿hermano verdad que soy bonita? —noto la irritación en su voz y decido mantener mi silencio —¡No es momento para que te quedes callado!

Por un momento puedo disfrutar del ambiente silencioso que arropa la sala de estar, interrumpido solo por el sonido suave del viento que soplaba afuera. Es evidente que ninguno de los tres está acostumbrado a este tipo de dinámica de familia común y eso no tenía porqué ser malo.

Hermanos Voreoti ━━ [Me convertí en la hija adoptiva del protagonista masculino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora