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Los gemelos Voreoti

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Los gemelos Voreoti


Lowen Voreoti

Esta era una nueva sensación, una que me resultaba desconcertante. La contrariedad de mis emociones se mezclaba de forma confusa en mi mente. Mi cuerpo se mantenía tenso, como si algo en mi interior me obligara a permanecer en alerta, mientras mis pasos seguían un ritmo marcado y firme. Pero, en realidad, lo que más deseaba era llegar a la estancia y enfrentar lo que me esperaba allí.

Mi rostro, sin embargo, no reflejaba ninguna de las emociones que se agitaban dentro de mí. Mi expresión permanecía igual de neutra y controlada como siempre. Pero, por dentro, mi corazón latía con fuerza, como si cada latido resonara en mi pecho con una intensidad nueva.

Era como si la ira siempre presente se hubiera vuelto algo más sereno, algo que podía sostener sin dejar que me consumiera. Sin embargo, no desaparecía. Se quedaba ahí, latente, bajo la superficie. Mis manos, aunque parecían relajadas a simple vista, estaban ligeramente tensas. Mis dedos jugaban con la costura de la ropa, buscando cualquier distracción que pudiera ayudarme a controlar esa mezcla de emociones.

Mis ojos se entrecerraron con levedad al llegar al inicio de la escalera. Desde mi posición, ya podía ver al duque, con su imponente figura dominando la escena, y a los otros... figuras sumisas, doblegadas, esas personas que representaban todo lo que había aprendido a detestar.

La "escoria" estaba ahí, inclinada, su presencia ensombrecida por la autoridad de Pelliot Voreoti. El aire a su alrededor parecía pesado, cargado de una tensión palpable, y aunque los otros intentaban mantener una compostura de respeto, yo podía ver la verdad en sus rostros. Eran débiles, cobardes, los mismos que habían causado tanto sufrimiento en el pasado, los mismos que se escondían detrás de la fachada de buenos cuidadores.

Aún no veo sus rostros y ya me siento asqueado.

El duque noto nuestra llegada , pero mi mirada se fijaba en él por un momento, evaluando su postura y la calma controlada con la que manejaba la situación. Me pregunté si él sabía, si entendía lo que se movía dentro de mí en este instante.

—Señor —llama la menor.

Lionia saltó de los brazos del caballero Melles y corrió hacia el duque con entusiasmo. Él, con una rapidez, se inclinó para recibirla en sus brazos. A paso ligero me coloqué al lado del duque, mi presencia silenciosa.

—Te lastimaras —regaña sereno.

—¿Qué te pasa? —replicó molesta, su ceño fruncido y su voz elevándose—. ¡Yo fui la mejor en escapar del orfanato cuando mi hermano estaba en aislamiento!

Sus palabras resonaron en mi mente. Sin darme cuenta, apreté los puños con fuerza. Ese extraño escozor en mis ojos volvió, la misma sensación que siempre acompañaba a la ira y la impotencia.

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⏰ Última actualización: Oct 07 ⏰

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Hermanos Voreoti ━━ [Me convertí en la hija adoptiva del protagonista masculino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora