Cuarto.-

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Mis padres sí saben de mi orientación, tienen entendido que a mí me gustaban las chicas, pero no me apoyan del todo, mi padre está muy de acuerdo con mi decisión, el me dijo que si yo era feliz, el igual, pero mi madre, es todo lo contrario. Al minuto en que les confesé que era lesbiana, el rostro de ella se desfiguró. Mi madre es el tipo de personas que les importa demasiado el qué dirán, por lo que el hecho de que a su preciada hija la vieran de la mano con otra chica en plena ciudad, no la dejaba dormir. Mi hermano tiene novia, y ambos viven juntos, él tiene veintitrés años, por lo que probablemente esa chica será con la que se case. El es el orgullo de la familia, es pediatra, y su novia es profesora de biología, una pareja perfecta para mis padres, y yo, terminé siendo la oveja negra de la familia, bueno, sólo para mi madre. Mi padre siempre charlaba conmigo sobre el tema, el a diferencia de mi madre, sí estaba orgulloso de que su hija siguiera el camino que ella quería, el estaba completamente feliz de que su hija aceptara que sus gustos no son los que la gente llamaría ''correctos''. No es que mi madre no me hable cuando estoy en casa, pero las cosas no son como eran antes.

En la escuela tenía tres amigos, y sólo uno de ellos quedó junto a mi cuando les conté quién en realidad era, y fue Mike. Creo que es una de las personas que más quiero en el mundo, después de mi padre.

La verdad no sé por qué la gente se espanta con todo este asunto de la homosexualidad, yo nací así, no puedo cambiarlo, y no porque me guste besar a gente de mi mismo sexo, significa que soy un demonio. No te pido que me tires rosas a mis pies por haber salido del clóset, simplemente acéptame tal cual soy, no te estoy haciendo ningún tipo de daño, ni tampoco le hago un daño a la sociedad. No soy un bicho raro, no soy asquerosa, y tampoco soy una criatura diseñada por Satanás, soy una persona, tú eres una persona, todos nosotros somos personas. Yo no te juzgo por quién te gusta, no me juzgues a mí tampoco.

Tenía dieciséis años cuando me di cuenta que no me llamaba la atención desvestir a un chico. Por supuesto que no les dije con esas palabras a mis padres, a ellos les dije al año después, solo para estar segura. Mi madre hizo un completo escándalo cuando los senté en el sillón de la casa y les dije. Ella terminó llorando, lo que provocó lágrimas en mí. Recuerdo que subí a mi habitación, y a los minutos, subió mi padre, él estaba muy calmado, y mientras me hablaba, diciéndome que me quería tal cual era, que me aceptaba tal como era y que nada en el mundo cambiaría su amor hacia mí, se escuchaban los gritos de mi madre en el primer piso. Ambos lo ignoramos, y me dio el abrazo más largo y cariñoso de todo el universo.

Mark en cambio, se quedó callado los primeros segundos luego de lanzarle la bomba, luego me abrazó y me palabras que siempre recordaré.

No hay nadie más en el mundo como tú, eres única e inigualable, que no te importe lo que digan a tus espaldas, que te importe lo que tú digas de ti misma. Y recuerda siempre estar orgullosa de quien eres, ya que la única persona de la cual necesitas aceptación, es tú misma.

Hasta que mi madre aparecióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora