Bastaron dos citas más para que Blake me preguntara si quería ser su novia, a lo que dije que sí sin dudar.
Fuimos a la playa por el día, llevamos comida, para almorzar y pasar la tarde. Ambas estábamos relajadas tendidas en la arena, cuando interrumpió el sonido de las olas azotándose contra la orilla con su voz. Comenzó a decirme que yo le gustaba mucho, que la hacía muy feliz, la hacía reír demasiado, y que necesitaba alguien como yo que le subiera el ánimo. De ahí siguió con palabras que me hacían sonrojar cada vez más, terminando con la gran pregunta. La verdad estaba nerviosa, mordí mis labios y al segundo dije que sí.
Ella me abrazó y me besó.
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Cuando ya llevábamos dos años juntas, decidí invitarla a mi casa, no a pasar la noche, ya que mi madre me quitaría mis aparatos reproductores en mi sueño, simplemente a pasar la tarde viendo una película, y quizás mi padre estaría ahí, y tendría el honor de conocerla.
Estaba a punto de colocar mis llaves en la cerradura de la puerta de mi casa cuando mi madre abrió la puerta, era la persona que menos pensé ver esa tarde. Ella miró a Blake con desprecio, y no de estos rostros de desprecio que son poco notables, no, ella se encargó de que mi novia pudiera darse cuenta que le daba asco lo que estábamos haciendo.
Por suerte, mi padre igual estaba en la casa, por lo que fui rápidamente dónde él. Presenté a Blake a mis padres. Mi madre trató de sonreír y fingir felicidad, y mi padre igual sonrió, pero el de verdad sentía la felicidad que mi madre no. Él le ofreció a Blake unas galletas que recién había hecho, y un poco de café.
Cuando Blake se fue de mi casa, mi madre no se demoró ni dos minutos en bajar las escaleras para charlar conmigo. Mi padre noto el movimiento de mi madre, por lo que se sentó en el sillón para que así mi madre no me destripara viva.
Por supuesto que las palabras de ella fueron simplemente estúpidos comentarios, en donde no entendía lo que estaba haciendo, para mi madre, todo esto era una fase, una confusión loca que tenía en mi cabeza. Pero esto no era una confusión, estaba más que decidida a mis sentimientos, y nada ni nadie podían cambiar eso.
Mi padre trató de calmar un poco a mi madre, pero ella seguía y seguía hablando y gritándome en la cara. Por supuesto no iba a permitir que me denigrara a gritos, por lo que subí a mi habitación y me encerré, y, ¿Qué creen que ocurrió? Mi padre fue a verme, y a hablarme, tal como lo hizo cuando salí del clóset a mis dieciséis años.
hos5'
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Hasta que mi madre apareció
Short StoryBlake me dio los seis mejores años de mi vida, creo que nunca había estado tan feliz. Ella me entendía, me quería, es más, me amaba, y yo la amaba a ella. Nuestra relación era parecida a las que se ven en las películas, era perfecta ... pero, todos...