LAS PRECENCIAS DEL TABLERO

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Todo comenzó hace ya unos cuantos años, soy la mas pequeña de 4 hermanos no recuerdo muy bien yo tendría unos 5 años , cuando mis hermanos decidieron hacer el vaso querían contactar con mi abuelo. Yo no entendía nada pero sabia que no era bueno porque lo hacían a escondidas de mis padres. A mi me mandaban a la cama pero no les quedaba otra que dejarme en la sala con ellos, o papa se enteraría de todo. Estuvieron semanas, todas las noches colocaban las letras, los números, 4 cruces, el si y el no, el vaso y colocaban el dedo en la orilla del vaso imaginaros, yo estaba flipando no entendía aquello el vaso se deslizaba de un lado a otro y mis hermanos diciendo, "lo moviste tu" la otra contestaba, "yo no" aquello parecía un circo, hasta que una noche de repente vimos como se iluminaba toda la sala y una ráfaga de aire nos atravesaba el cuerpo, mis hermanos chillaron y yo me deje orinar encima, luego quisieron dar una explicación ha lo que pasó en la sala pero no la había... y nos acostamos. Al día siguiente no hablaron de aquello solo oí decir a mis hermanos que ya no lo harían mas pero ya era tarde, estaba en casa. A los pocos días por la noche cuando ya dormíamos empezamos a oír pasos que se acercaban a las habitaciones, una respiración agonizante, nos tapábamos con las sabanas y sabíamos que estaba ahí a nuestro lado, otras veces las puertas se habrían de golpe de forma violenta imaginaos los 4 hermanos chillando a las tantas de la mañana y metiéndonos en la habitación de mis padres noche tras noche. Mi padre se entero de todo se lo contaron, pero no nos creía nos decía que estábamos soñando, ¡que casualidad los 4 soñábamos lo mismo!. A si estuvimos meses, a veces cuando nos levantábamos las sillas del comedor estaban todas descolocadas, eran fechas navideñas y solíamos decorar todo el techo con guirnaldas y demás adornos, al día siguiente los adornos estaban encima de la mesa, unos encima de otro bien apilados y como siempre mi padre nos decía "eso fueron ustedes" ,le decíamos "que no" y nos mandaba a callar; no nos creía. Una vez recuerdo que mi padre me mando a su habitación a por sus gafas y cuando entre vi a un hombre gordo con barba en la cama, no chille no pude me quede paralizada salí corriendo y se lo dije a mi hermana...

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