Casada Con Una Bestia (De la saga realeza, historia independiente)

Prólogo

Leer la nota del final, no es importante pero es para que sepan los días que actualizo.

La familia de Abdel y de Amal, estaban reunidos en la casa de ella. Amal llevaba un vestido color hueso, ajustado a su cuerpo. Era de manga larga, pero de una tela fina. Era largo hasta los tobillos y no tenía un escote llamativo, era elegante y no enseñaba nada. Abdel, llevaba un traje de tres piezas color beige, peinado hacia atrás y esa barba que le hacía aún más atractivo. Ambos se miraban, pero sus ojos mostraban distintos sentimientos. Ella lo miraba con timidez y él, con seriedad.

—Amal, hija, estás preciosa. — le dijo su suegro.

—Gracias, señor Assim. — el hombre negó.

—Nada de señor, vamos a ser familia y me llamas por mi nombre. — ella sonrió. —Abdel.

Amal le miró con el ceño fruncido, miraba a ambos hombres. Tenía el mismo nombre, ¿Cómo hacían para no equivocarse al llamarlos?

—¿Y cómo hago cuando os llamé y me miren los dos? — preguntó divertida.

—Bueno, a tu futuro esposo le llaman Abdel y a mí Assim. — ella asintió. —Solo Assim, hija.

—Pues así le llamaré, Assim. — el hombre la sonrió con dulzura.

Abdel puso los ojos en blanco, a su padre le encantaba esa niña y no entendía el porqué. Guapa era, eso el árabe no lo podía negar, era hermosa. No solo su rostro, sus ojos grises, eran de otro mundo. Podías ver la pureza y la timidez en su mirada, veías paz y harmonía. Era alta,  de 1,70 más o menos. Era delgada, pero no demasiado. Su pelo largo y hondulado color marrón, caía por sus hombros.

Ambos se miraron unos segundos, pero ella apartó la mirada antes. La mirada sería y fría de su prometido, era penetrante. Era como si la quisiera matar o insultar, aunque realmente parecía eso. Pero no, silenciosamente, él la halagaba en su mente. No mentía en decir que, iba a a tener una mujer hermosa. Pero ser obligado a casarse, sin la posibilidad de saber si quiere o no. Pero su padre lo había hecho únicamente para que dejara esa vida de soltero llena de mujeres, sexo y lujuria.

Abdel no bebía, no le gustaba el alcohol, pero si las mujeres y el sexo. Abdel no podía engañar a su mujer, era un ofensa para el matrimonio, la región y la familia.

Una vez ambos están de acuerdo se comprometen, obviando por completo el tiempo de noviazgo, y estableciendo directamente la fecha de la boda para una o dos semanas después.

El compromiso se festeja con una celebración formal, donde asisten los novios, sus padres, hermanos, y los amigos más cercanos.

A partir de ese momento, los novios están comprometidos, y pueden presentarse juntos en eventos sociales y públicos.

Ellos lo habían hecho, se habían comprometido y no muy felices, no lo hacían por amor.

—Ahora nuestra familia es más grande, más unidas. Abdel y Amal, están oficialmente, comprometidos bajo los ojos de Allah. — todos aplaudían. —Fijaremos una fecha para vuestra boda, será la mejor de todas. —El hombre se acercó a su hija y la cogió de la mano. —Quiero que seas feliz, sé que lo serás.

—Sé que siempre quieres mi felicidad, papá. — le sonrió.

—Quiero que sepas una cosa. — la abrazó y se acercó a su oído. —Si ves que te hace sufrir, llorar o te maltrata psicológicamente, llámame y serás libre. — miró a su hija y ella asintió.

—Lo haré, papá. — le prometió.

—Bueno, la fecha de la boda se dirá este sábado. — dijo Assim. —A partir de hoy, podrán verse y ser vistos, pero ya saben como.

Abdel y Amal, por dentro querían huir, irse y jamás regresar. Ninguno quería casarse, pero no tenían otra alternativa. Iban a casarse sin amor, ninguno lo sentía y sabían que iban a seguir y su matrimonio, iba a ser una gran tormento y obstáculos que tendrán que saltar.

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Hola, bellas. Aquí tenéis el prólogo.
Es corto lo sé, pero lo mejor viene ahora, solo dejé esto para que leyeran como comenzó todo.

Actualizaré dos veces por semana si Dios quiere.

Espero que os guste. Besos desde España, nos leemos pronto.