Mi única vida

Capítulo 13: El nuevo guardia

—Tu primera tarea como guardia será limpiar los estantes— sin poder protestar, el nuevo guardia no hizo más que tomar el paño y hacer un saludo a su superior. No esperaba que lo pusieran de guardia personal con el príncipe desde el primer día, pero aun así era lo que quería. 

Siendo honestos, se sentía un poco decepcionado de no haber podido ser capaz de ver al príncipe una vez que las pruebas se terminaran. Quería hablar con él, quería agradecerle, quería consolarlo al ver sus lagrimas en sus ojos.

 Antes de que lo alejaran de la área, fue capaz de ver al príncipe Andro; sus manos en su boca callando un sollozo y lágrimas cristalinas corriendo por sus mejillas, visibles para él incluso a kilómetros de distancia.

 Su pecho se contrajo. ¿Estará bien? ¿le habrá sucedido algo? ¿lloraba porque pensó que moriría?

Siendo honestos, incluso él pensó que moriría en ese momento; la lanza contra su pecho, la gigante presión que Héctor hacía sobre su cuerpo. Pero al final, había logrado zafarse y tras unos minutos más de peligrosos encuentros, la pelea la dieron concluida como un empate. Al final, el no sería el único reclutado. 

Habían pasado semanas y aún no recibía ningún tipo de noticia de Andro. Cada noche se imaginaba al príncipe tocando a su puerta, actuando como si nada hubiera pasado, con su mirada arrogante pero con preocupación en sus ojos. Al imaginarlo una sonrisa se dibujó en sus labios. Andro siempre intentaba simular las apariencias, pero para Pierre, el príncipe era como un libro abierto, podía leer cada una de sus expresiones, sus preocupaciones y pensamientos.

Pierre caminaba por los pasillos haciendo sus guardias nocturnas como de costumbre. Quién hubiese imaginado que terminaría ahí, defendiendo lo que alguna vez quería robar. "aún podrías robarla" dijo una pequeña voz en su cabeza. Sí. Aún podía sacar la corona y desaparecer como si nada hubiera pasado. Pero algo lo detenía. No podía desaparecer así sin más, no después de todo lo que Andro había hecho por él, literalmente le debía su vida. "Pero Leo podría tener una mejor vida" al recordar a su hijo, el agujero en su pecho se hizo más grande. Quería verlo, quería enseñarle que estaba bien y que pronto volvería a casa. 

Pierre estaba absorto en sus pensamientos, cuando alguien lo tomó del hombro girándolo bruscamente. El nuevo guardia, estaba listo ante cualquier amenaza y su mano instintivamente se dirigió a la espada de su cadera, pero su tensión se liberó una vez que vio de quien se trataba. Andro estaba ahí, frente a él, con el cabello y ropa perfectos como de costumbre. 

—Su alteza— Pierre hizo una reverencia. No podía hablarle como normalmente lo hacía. Alguien podía estarlos escuchando. 

—¿Se puede saber dónde estuviste todo este tiempo?— Andro parecía furioso— pensé que vendrías a buscarme— su tono era una mezcla de dolor y enojo

—Lo siento su alteza— Pierre mantenía su posición. 

Con un chasquido de lengua Andro parecía más enojado que antes, y después de echar una rápida mirada a su alrededor abrió la puerta más cercana arrastrando a Pierre con él. 

—¿Ahora puedes hablar con normalidad maldita sea?— Andro prendió la luz en medio de ambos. El cuarto era más un armario, demasiado pequeño para que dos personas estuvieran adentro. Ambos estaban demasiado cerca. Pierre tenía que agachar la cabeza para poder encontrarse con los molestos ojos de Andro— contesta mi pregunta

—Lo intenté, pero me encerraron tan pronto me sacaron de ahí. ¿y tú? pudiste haberme venido a visitar antes— replicó Pierre poniendo las manos en su cadera y levantando una ceja 

—Se podría decir lo mismo, mi madre me encerró tan pronto se terminaron las pruebas y me prohibió acércame a ti. Tengo la leve sospecha de que aun te reconoce— soltó un largo suspiro, ahora pareciendo más derrotado que enojado.

—¿Estas bien?— Pierre preguntó al fin 

—¿A qué te refieres?— todo enojo salió de su cuerpo y ahora era curiosidad lo que expresaba

—Te vi llorando en la última prueba 

Andro palideció —No fue nada— dijo bajando la mirada 

—Lo es para mi

—Solo...— dio una pausa retractándose de lo que estaba a punto de decir— olvídalo, salgamos de aquí— el príncipe estaba a punto de tomar la perilla de la puerta, pero Pierre tomó su muñeca con rapidez y la aparto de la puerta acercando sus cuerpos instintivamente. Ambos pechos a centímetros de tocarse.

—Dímelo— demandó 

—Recordé algo—Andro lo miró con intensidad

—¿Recordaste algo?— dijo Pierre con confusión

—Bueno...fue más como una sensación familiar— dijo intentando encontrar las palabras correctas— es como sí, ya hubiera vivido eso. Tu en el suelo con una lanza a punto de atravesar tu cuerpo, yo...— su voz se quebró— sentí una gran tristeza como si...me estuvieran arrancando el corazón—Pierre se quedó atónito—se que no tiene sentido, pero lo sentí tan real, tan profundamente...fue algo extraño 

Pierre quería decir algo, pero su mente estaba en blanco. No podía quitar la mirada de Andro y podía sentir las lentas respiraciones de ambos ¿Un sentimiento familiar? ¿un recuerdo? por una extraña razón, Pierre sabía exactamente a lo que Andro se refería. 

—Andro...— comenzó Pierre

La puerta del armario fue repentinamente abierta y ambos tomaron la mayor distancia que el pequeño armario les permitió

—Vaya, vaya besándose en el armario y sin invitar

Era Héctor.