🌼Capítulo 4

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Mientras volvían a casa, Jeongyeon miraba las reconocidas calles de la ciudad a través de la ventanilla del autobús. ¿Qué iba a hacer? Su dulce y maravillosa hija le había hecho un regalo: le había comprado una alfa. Lo que menos quería en el mundo, y lo había hecho de una manera que le impedía rechazar su pequeña sorpresa sin herirla.

Tampoco podía devolver el “regalo” o cambiarlo por otro modelo para dejarla conforme y siguiera viéndola con esos lindos hoyuelos remarcados en su sonrisita como lo había hecho después de aquel extraño evento. Tal vez no habría sido tan malo si Tzuyu le hubiese regalado algo diferente, algo seguro o alguien a quién ella pudiera controlar. Pero en lugar de un inocente gatito o cualquier tierna mascota, le había entregado una loba hambrienta.

Sí era cierto, Nayeon le recordaba a una loba, e incluso se movía con la misma fuerza, tenacidad y energía controladas. ¡Y ese beso! ¿Cómo se había atrevido? Al recordarlo Jeongyeon se llevó una mano temblorosa a los labios.

Su mirada se posó en su cachorra. Si su vida hubiera sido diferente no habría tenido a Tzuyu y la amaba con todo su corazón. Quizas sí se arrepentía de muchas malas decisiones, mas nunca de lo que la llevó a tenerla en su vida. Prometido, haría cualquier cosa por ella, por sus lindos hoyuelos, por sus lindos ojos marrones y su pequeña nariz redondita. Jeongyeon cerró los ojos, entregada a lo inevitable. Cualquier cosa. Incluso salir con una hambrienta loba feroz.

La alfa se encontraba en la recepción de la agencia y miraba, sin ver, la tranquila calle residencial, unos pocos días después

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La alfa se encontraba en la recepción de la agencia y miraba, sin ver, la tranquila calle residencial, unos pocos días después.

No había dejado se pensar y de analizar  probabilidades en las cuales convencía a la omega, porque el cual no cerraba ese uno por ciento. A Nayeon le importaba un rábano.

¿Cómo podría convencer a una omega que desafortunadamente no creía en el amor, que este no solo existía, sino que además se lo podía encontrar en el primer beso?

Ah claro, es que Nayeon no había podido dejar de pensar en esa boca de labios enmarcados, desde que se topó con la suya en un imprevisto impulso de su loba y que acabó por convencerla: Había hallado su omega, con un beso, en la agencia matrimonial de su abuela y por culpa de una cachorra con una persistencia de acero.

Jodida emboscada de parte de la diosa Luna.

—Sucedió, ¿No es cierto, hija? ¿Es ella? ¿Yo tenía razón?

Nayeon evitó responder, pero las preguntas de su abuela confirmaron sus sospechas, o quizás fue su incontrolable aroma, ya no sabía que creer.

—¿Fue el ordenador el que nos emparejó? Dí la verdad anciana niña. —La acusó la castaña con uno de sus largos dedos.

—Lo fue.

—Pero tú sabías de antemano cuáles serían los resultados. ¿Hiciste algún truco? ¿Le resaste a la diosa Luna? —Masculló Nayeon, con la mandíbula en presión.

𝒀𝒆𝒍𝒍𝒐𝒘 𝑭𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓𝒔 🌼 [2Yeon] G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora