[Natasha.]
—¿quieres hablar de lo de anoche?— preguntó María frente a mi antes de irse a su trabajo.
—no creo que haya mucho que decir, estoy de acuerdo contigo, es todo.
—eso no parecía, quiero que te sientas bien con lo qué haces, y si no, dilo, encontraremos una solución.
—mi solución eres tú, todo está bien, me gusta que puedas decirme lo que crees que está mal, y te escucho, siempre lo hago.
Ella sonrió y tomó su bolso.
—me alegra que lo hagas, porque me gusta que me escuches y aceptes lo que digo— respondió mientras terminaba de ordenar su cabello. Yo le regresé la sonrisa y ella se acercó a dejar un beso en mis labios antes de salir a su destino.
Mire hacia la puerta un par de segundos e intenté recordar algo de lo que le dije anoche, ni una sola palabra, sólo dejé que hablara y hablara durante toda la cena como había temido, pero estaba demasiado cansada para hacer lo mismo, le di la razón para que se cansara y nos fuéramos a dormir. Y así fue.
Gracias al cielo.
A veces pienso en si fue una buena idea venir a vivir con ella antes de un matrimonio, somos como uno no oficial, si, pero creo que aún hay cosas de cada una que la otra debe terminar de asimilar para fusionar nuestras vidas de esta manera. O solo he sido un ser muy independiente toda su vida.
Alguna de esas dos cosas debe ser.
Me di la vuelta y entré a la ducha antes de que el tiempo pasara más rápido de lo habitual y llegar tarde una vez más, no lo digo por un posible regaño si no por mi imagen como jefa y mantener un ejemplo claro que la seriedad y firmeza que manejo.
Salí, me aliste y antes de que pudiera pensar en algo más ya iba en mi auto de camino a mi trabajo, justo a tiempo para recibir a los nuevos reclutas y verificar que todo esté en orden.
Esta vez mi café tendrá que esperar hasta la tarde.
Llegue a mi edificio y entré, fui recibida con sonrisas y saludos de quienes pasaban junto a mi, saludé también y fui hasta mi oficina para arreglar todo, llegue casi diez minutos después de lo acordado y los nervios comenzaron a hacerse presentes en mi cuerpo.
—señorita, ya llegaron sus socios— murmuró Sharon desde la puerta.
—iré en seguida— respondí, tomé mi celular y salí casi corriendo hacia el estudio de fotografía del edificio.
Cerré los ojos con fuerza, odio ser impuntual y más cuando se trata de presentarme ante un nuevo miembro de mi equipo.
—ha sido todo un placer, señorita— murmuro Tony apareciendo frente a mi.
—¿que cosa?
—tener la oportunidad de ser yo quien te espere, no es tan divertido como pensé, hay que seguir la misma dinámica de siempre.
Gire los ojos y reí.
—no estoy del todo a favor de eso pero podemos discutirlo luego.
—desearía quedarme un poco más pero no quiero, y gracias a tu tardanza pude replantearme eso... pensándolo bien eso de esperar tiene uno que otro beneficio.
—cosas de ser puntual— bromeé.
—que curioso. Como sea, te dejo, escríbeme cuando te desocupes.
Asenti, me despedí de él y seguí mi camino, sospecho que no ha sido el quien quiso ser puntual, sólo que la persona con quien haré el trato de alguna manera lo obligo, y lo agradezco, a él le hacen falta un par de experiencias para ser más empatico.
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Lucky ones
FanfictionLas sombras del pasado son aterradoras... y mucho más cuando salen de entre los muertos para llevarte a la tumba con ellas. O ayudarte a renacer a su lado. ¿Cómo saber cuál de las dos probabilidades es?