Lucky ones

-6

[natasha.]

—¿por que no llamas a mamá para preguntarle sobre su receta?— pregunte mientras daba una segunda vista a la nevera con el teléfono en la oreja.

—porque ya lo hice, no lo recuerda y la única que lograba hacerlo igual a ella eres tú, así que ayúdame— respondió mi hermana desde el otro lado de la línea.

—¿tienes algo para anotar? no voy a repetirlo.

—no, no tengo, tú sólo dime, yo lo anoto en mi mente.

—no voy a hacer eso, mejor te enviaré un mensaje con los pasos.

Cerré la nevera luego de meditar unos segundos si debía tomar un pedazo de jamón y llegue a la conclusión de que no, sólo abrirá más mi apetito y no debo dejarme llevar de estas tardes nubladas y solitarias.

—me parece bien, entonces mientras tanto por que no me dices cómo te fue en tu búsqueda de socios— insistió ella, siempre quiere escuchar sobre mis reuniones, no le interesan pero cuando esta sola y aburrida soy su único método de distracción.

—muy bien, de hecho estuve hace ya unos días en una cena con mi nueva jefa de fotografía— conté buscando la manera de evadir preguntas al respecto, pero se trata de mi hermana, alguien irritante en cuanto se trata a enfrentar un interrogatorio en sus manos.

—¿y quien es? la última vez dijiste que eran expertos y casi arruinan tu imagen— bromeó.

—no fue para tanto.

—no respondiste mi pregunta.

—no es nadie interesante, sólo una fotógrafa con experiencia y ya, no es importante— murmure intentando convencerla de que se trataba de una socia más.

—¿y por que te exasperas?— pregunto con un tono burlón y confuso.

—yo no me exasperé.

—claro que lo hiciste, te pusiste como cuando mamá te preguntó quien era la chica con la que llegabas a casa todos los días.

—no puedes meter eso en la conversación, ya pasó hace mucho tiempo y yo aún no había salido del closet por completo— dije intentando convencerme de que no sone como una adolescente hablando con su madre de temas incómodos.

—encaja perfectamente porque tú tono fue igual, incluso usaste casi las mismas palabras y se trataba nada mas y nada menos que de Wanda Maximoff, un gigante "si fue demasiado importante" para ti.

—solo quieres molestarme, no tienes que mencionarla.

—espero que tengas un grabador de llamadas porque me regresaste unos siete años atrás sin darte cuenta.

Analice unos segundos todo lo que había dicho sin encontrar razones para defenderme, pero tampoco quiero darle la razón, sólo no quiero que sepa que Wanda es mi socia, sería incómodo para mi y de seguro para ella también.

—¿puedo retractarme?— pregunte y ella comenzó a reír.

—claro que no, todo está grabado en mi cabeza y en mi celular, te dije que podías decirme la receta— continuo burlándose con su particular tono.

—entonces no dire nada más para no tener que escucharte, adiós.

Corte la llamada en medio de su carcajada, ella disfruta constantemente estar fastidiándome y usando mis palabras en mi contra. Pero no puedo enojarme, yo le enseñe a hacer eso para que se defendiera de quienes la insultaban en la escuela.