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[wanda.]

Desperté gracias a un grito en la cocina que me llamaba, no sé qué hora es, sólo se que llegue muy tarde a casa anoche, y aún así no me sentía cansada, sólo hasta ahora siento las consecuencias de no apresurar mis conversaciones con Romanoff.

Me levanté y fui al baño a lavar mi cara antes de salir.

—creí que habías muerto ¿cuánto tomaste?— pregunto Loki con su taza de café en la mano, le hice una seña para que me sirviera una y me senté en el sofá a esperarlo.

—no tomamos mucho, sólo una botella de vino pero tardamos demasiado, es obvio que iba a estar cansada.

El sonrió y me acercó la taza, la tomé y se sentó junto a mi.

—claro, una botella de vino y que pena que no estuvieran solas para poner tus sábanas sobre ella.

Giré mis ojos y el comenzó a reír de manera burlona.

—pues que bueno que te despiertas porque no hay nada de comer— murmuró antes de dar un sorbo a su café.

—¿no hay? te dije que hicieras las compras.

—disculpa, no tenía ganas de salir solo y no soy esposa de nadie para tener que obedecerte— dijo esto último con sarcasmo, casi como una señora grosera y entrometida— mejor dime qué tal fue tu cena de anoche.

—bastante bien.

—¿de que tanto hablaban que llegaste tan tarde?

—de todo... y de nada a la vez, no tuvimos mucho que decir sobre el contrato así que dejamos que la conversación se extendiera por otras ramas.

—genial, espero que eso no haya impedido que disfruten su vino— continuó bromeando.

—no voy a escucharte más, iré a vestirme y tú irás conmigo por las compras.

—no tienes que decirlo dos veces, necesito comer algo lo antes posible.

Me levante y fui a mi cuarto con mi taza en la mano.

Olvide llamar a Carla anoche para cancelar mis planes de esta mañana, pero ella a estas alturas ya debe saber de que se trata mi retraso y confío que tome todo bajo control.

Salí de mi apartamento junto a Loki y nos dirigimos a mi auto, no había necesidad de tomarlo pero el tampoco quería caminar unos minutos hacia el mercado.

—¿que compraras?

—querrás decir compraremos, tú vas a pagar la mitad.

—¿disculpa? ¿porque yo?— preguntó el mientras se sentaba mejor en su lugar para hacer sus muecas mas visibles.

—porque eres tú quien siempre está comiendo y se acaba todo, yo ni siquiera probé el yogurt que compramos que día.

—es porque no estás pendiente y eso no es mi culpa— siguió con su tono despectivo.

Bufé mientras buscaba un buen estacionamiento, no se como el siempre encuentra la manera de diluir la conversación a su favor.

Salimos del auto y entramos al mercado.

—¿te quieres apurar?— pregunté al verlo a unos metros con el carrito.

—no, no puedo y si no te gusta hubieras ido tú— respondió sarcástico y siguió caminando. Fui tras el.

Comencé a poner algunas cosas en el carrito al igual que el, sin preguntarle nada a nadie o sin pedir ninguna opinión.

—¿No has tenido trabajo?— pregunté luego de dejar unas latas de atún en su lugar.

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