Trisnina (#Stone3)

Capitulo 14. Conversaciones a medias

Kayla

presente

Llevo dando vueltas y mordiéndome las uñas desde hace unos diez minutos. Ya me he tomado dos cafés y sigo sin tener la energía suficiente como para marcar el número de Maverick, o Bullet o como diablos le llamen ahora.

-Venga Kayla, eres una mujer valiente, no tienes más que apretar el botón de llamar y esperar a que conteste. - me digo a mí misma.

Lo había probado con mensajes antes, no había llegado a mandar ni uno.

¿Qué le escribes a tu marido no muerto? "Hola, ¿Qué tal? ¿Nos vemos luego?" Me parecía tan frio como lo había sido él al desaparecer durante estos últimos diez años.

Y mentiría si lo que no quiero es escuchar una vez más su voz.

Es que soy una maldita tonta y masoquista.

Le doy al botón de llamar.

Primer tono. Nada.

Segundo tono. Quizá no tiene el teléfono a mano.

Tercer tono. Mejor cuelgo ya.

Y antes del cuarto su voz suena, grave y algo ronca, preguntando quien llama. Tardo un par de segundos en responder.

-Maverick, soy yo. - silencio en la línea – ¿Mav, estás ahí?

-Si, si... ah, yo. Hola. No esperaba... no esperaba que me llamases ahora.

-Ya somos dos – confieso-. Me dijiste que querías hablar y yo, bueno, estoy dispuesta. ¿Cuándo y dónde podemos vernos?

-Cuanto antes. ¿Quieres venir...? No, eso mejor no. - escucho sus pasos de fondo, como si estuviese dando vueltas, cosa que hacía antes cuando estaba nervioso mientras habla por teléfono. Los recuerdos de él me vienen a la cabeza mientras vuelvo a escuchar esa voz suya y un amago de sonrisa empieza a surgir en mí, en cuanto me doy cuenta vuelvo a ponerme seria - ¿Nos vemos en el club? A medio día no hay casi nadie, podemos ir a la parte de atrás y hablar con tranquilidad.

-Vale, iré después del trabajo.

Aprieto con rapidez el botón de colgar, por si me arrepiento. Tengo el corazón en la garganta. Estoy nerviosa, tan nerviosa como cuando lo vi por primera vez con esa sonrisa suya tan característica. Y mis manos sudan.

Ahora a esperar.

La mañana se me hace tan corta como larga. El tiempo pasa muy lento, pero no lo suficiente y en cuestión de minutos tendré que cerrar la tienda y presentarme en el club.

Pongo el cartel de cerrado y salgo, dando una vuelta a la llave. En un par de horas será el turno de Sheela y espero que mi nerviosismo no haya conseguido que la cague en alguno de los pedidos o algo así.

Ando hasta casa, puesto que no está muy lejos. Una vez abro el garaje para coger una de mis motos me quedo mirándolas. Decido que "la Viuda" ha de ser la elegida, después de todo ella debería estar tan enfadada como yo. Nos dejó a las dos. Nos abandonó.

Me pongo las botas Berik y la chaqueta de cuero que suelo usar con "la peregrina". Mi Kawasaki puede ser montada con cualquier ropa que use con las demás, pero la suya jamás será usada en las otras. Me coloco mi casco Boggoto y escucho un par de canciones mientras me dirijo hasta el local.

Una vez aparco fuera me retiro el casco y lo dejo sobre la Kawasaki. Comienzo a andar a la par que paso por delante de un par de motos más, en dirección al bar. No tardo en ver la moto de Bullet aparcada en su lugar asignado, casi en la entrada. Los nervios suben mientras más avanzo y finalmente entro. No tardo en verlo, peinándose el pelo teñido de blanco hacia atrás con los dedos. Está de lado, mirando hacia la barra, y como si notase mi presencia gira la cabeza y me mira. Me mira con esos ojos brillantes y tristes. Frente a él tiene un botellín de cerveza, que agarra con una mano a la vez que se pone en pie. En el bar solo hay un par de personas más, además de una mujer tras la barra, pero no creo que nadie, aparte de la chica, se dé cuenta del gesto que me hace Maverick con la cabeza indicándome que le siga. Mis botas suenan en el suelo de madera mientras sigo al hombre a la parte de atrás.