más buena que una piruleta

18) bye for now, Granada IV

El último día en Granada decidieron tomarlo con calma. Se levantaron pronto y tranquilamente empezaron a recoger lo que les faltaba para ponerlo en las maletas. Violeta insistió en desayunar en una pequeña cafetería cerca de la catedral, disfrutando de los churros con chocolate y el bullicio matutino de la ciudad. Visitaron algunas galerías y tiendas de artesanía local, donde Chiara compró souvenirs para llevárselos a su familia.

Antes de irse, no pudieron evitar pasar por la Alhambra para una última visita rápida. Violeta, como siempre miraba fascinada el complejo monumental que tenían en frente, en cambio la menorquina no podía apartar la mirada de Violeta. Se moría de ternura al ver como le brillaban los ojos y como dejaba ver su característico hoyuelo, ilusionada por estar de nuevo en su tierra después de un tiempo.

- La Alhambra siempre me ha parecido mágica. No importa cuántas veces la visite, siempre descubro algo nuevo - Comentó Violeta mientras caminaban, sacando a su novia del trance.

- Totalmente, es preciosa - Respondió la menorquina, desviando su atención por un momento hacia donde la pelirroja estaba mirando.

- Es curioso que cuando llevas mucho tiempo viviendo en el mismo sitio, solo piensas en irte a otra parte. En cambio, cuando lo consigues, cuando consigues salir de ahí, vivir en otro sitio, solo quieres volver a tu hogar - Dijo Violeta nostálgica, recordando que Granada siempre será su hogar - No me quiero ir kiki - Añadió la motrileña posando la cabeza en el hombro de la medio inglesa.

- Yo tampoco. Estos días sin que nada más importara lo han sido todo para mi - Dijo Chiara para después darle un beso en la frente.

- No sabes lo que necesitaba esto - Expresó Violeta sonrojada por el beso en la frente, era un gesto que significaba mucho para ella. Los besos en la frente le parecía que estaban a otro nivel.

- Supongo que deber ser difícil que todo en tu vida cambie radicalmente y tan rápido - Intentó empatizar la chica de los ojos verdes.

- Sí, totalmente. Es que yo era una persona normal, me encerraron en una casa 2 meses y al salir decían que era la cara de España - Bromeó Violeta.

- Y no se equivocan, eres preciosa - Enfatizó la guiri favorita de la pelirroja.

- Tú si que lo eres - Le respondió la granadina fijándose especialmente en los ojos verdes de Chiara.

- No me digas esa' cosa' que me pongo rojah - Bromeó la medio inglesa imitando el acento andaluz.

- Mira kiki si ya te sale perfecto el acento - La halagó Violeta.

- Pero tendré que venir más para que no se me olvide - Añadió Chiara.

- Estás invitada siempre que quieras - Dijo la pelirroja con una sonrisa.

Chiara la abrazó fuerte, sintiendo la calidez de Violeta y el latido de su corazón acelerado. Ambas sabían que este viaje había sido más que unas simples vacaciones; había sido una pausa necesaria en sus ajetreadas vidas, una oportunidad para reconectar y fortalecer su relación. Con una última mirada a la Alhambra, se dirigieron hacia la estación, listas para emprender el viaje de vuelta, pero con el corazón lleno de amor y nuevos recuerdos. Granada siempre estaría ahí, esperándolas, y sabían que volverían.

- ¿Tienes que ir al baño antes de subir al tren? - Le preguntó a la menorquina 15 minutos antes de la salida - Chiara - Dijo al ver que ni se había inmutado - Chiara Oliver - Repitió en un tono más fuerte porque parecía que ni siquiera la estaba escuchando - Chiara Oliver Wiliams - Volvió a insistir, esta vez probando con su nombre completo.