Capítulo 33

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∆Esta historia terminó, no existe, lo que un día construimos se ha esfumado. Pareciera que es más fácil dejarnos, pero eres un fantasma conmigo caminando∆

✧*Lo Que Construimos – Natalia Lafourcade*✧

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Una semana entera había pasado desde que toda la belleza, los colores y el amor que Cellbit había traído a la vida de Roier, de pronto se habían esfumado.

Y todo eso se reflejaba en el cambio de actitud del mexicano, que era más que evidente. A pesar de todos los esfuerzos de sus amigos por intentar alegrarlo, no lo conseguían, ya no sonreía como antes.

Agregado a eso, estaba el hecho de que dos de sus amigos se habían ido de la escuela. Jaiden y Maximus, ambos tuvieron de dejar QSMP High por diferentes razones, pero su partida solo trajo más sufrimiento a la vida de Roier.

Durante toda la semana Roier estuvo buscando información acerca de la empresa donde trabaja el brasileño, cuando llegaba a su casa se ponía en su computadora y celular a buscar algún número, dirección o algo con lo que pudiera ponerse en contacto con ellos.

Bagi tenía razón cuando había dicho que era una empresa muy privada, realmente no había información de ellos en casi ningún lado. Solo encontraba noticias acerca de la empresa y muy antiguas, como la del día que se inauguró y el crecimiento que tuvo en un solo año.

Después de meterse a varios sitios buscando algún otro dato, un correo le llegó, de una cuenta muy extraña. Era casi como un mensaje de amenaza, diciéndole que debía parar de investigar sobre la empresa o habría consecuencias graves. De inmediato Roier le respondió al mensaje, preguntando por Cellbit, pero no obtuvo ninguna otra respuesta.

A la siguiente semana, comenzó a darse por vencido. No solo de buscar, sino de todo en general, ya no tenía ganas de ir a la escuela, ya ni siquiera salía de su habitación, su abuelito le dejaba la comida en la puerta, y en unos días, se empezaron a acumular los platos ahí afuera.

—Roier, mijo, tienes que comer algo, no puedes estar ahí metido todo el tiempo— le dijo desde el pasillo.

—no tengo hambre— respondió desde el asiento de su ventana.

—mijo, déjame entrar—

Roier ignoró el comentario de su abuelito y siguió mirando hacia la calle desde su ventana, recordando la primera vez que Cellbit lo acompañó a su casa:

—espera, tengo algo para ti— dijo abriendo su mochila y sacando las flores que había tomado antes del jardín, quitándose también la chaqueta del brasileño que aún tenía en la cintura —toma tu chaqueta y ten, estas flores son para ti—

—gra... gracias— dijo Cellbit sonrojándose

—después te llevaré al lugar de donde saqué las flores, está en la escuela y es el mejor sitio para estar a solas y tranquilos— dijo Roier. Notó como Cellbit se sonrojó aún más —es un lugar muy muy bonito, así como tú—

Ambos rieron nerviosos, el brasileño estaba un poco más nervioso que el mexicano, nunca antes le habían hecho esa clase de cumplidos tan abiertamente.

—obrigado, guapito—

—de nada, hasta mañana, gatinho—.

—Roier, abre la puerta—

El castaño soltó un suspiró pesado antes de dirigirse hacia su puerta para finalmente abrirla.

—¿Qué?—

‹The Reason Is You› [Guapoduo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora