"Acto de acariciar el cabello de una persona cariñosamente"
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HAN.
Después de aquel beso, nada había cambiado realmente entre nosotros. Seguíamos siendo una especie de amigos "cercanos"
No hubo una propuesta como tal y estaba agradecido por eso. No quería ser el motivo de la tristeza de Lee Minho.
Porque sabía que al final de todo, él sufriría. Ambos lo haríamos, a nuestra manera.No voy a mentir y decir que no sentí nada, que fue solo un beso. Por que realmente lo sentí, sentí sus labios junto a los míos, sentí su sutil toque en mi cintura, sentí su respiración, no fue solo un beso, fue una forma de decirnos lo que aún no éramos capaces de hablar.
Habían pasado semanas, Minho se había recuperado de su tobillo y por ende ya no necesitaba el yeso. Así que ahora lo veía menos, poco a poco regreso a su rutina anterior y yo a la mía, mis citas con los médicos habían aumentado, es como si mis ganas de vivir aumentaran mis probabilidades de morir.
Volví a contar estrellas, volví a ver el cielo y volví a esperar por Minho.
Recuerdo haberlo visto a través de mi ventana una tarde en la que no podía dormir, él había llegado a su casa, seguramente después de la academia pero ahora venía acompañado.
Una chica muy bonita, piel blanca como la porcelana, cuerpo esbelto y cabello largo lo sujetaba del brazo mientras se adentraban a la casa de Minho.
Vivir emociones nuevas me agradaba, era capaz de sentir después de todo, como la primera vez que vi a Minho o como la vez en el lago donde bailamos al ritmo de las luciérnagas o cuando sus labios y los míos se unieron. Esas emociones eran lindas y eran nuevas para mi. Pero ahora sentía tristeza, una tristeza diferente a la que se siente cuando sabes que tienes los días contados.
Sentí ¿celos? dolor, odio, tristeza, miedo.
Pero Minho y yo éramos solo amigos después de todo ¿no?
Aquella noche salí a mi patio, me recosté en la vieja sabana de cuadros lilas, comí unas galletas de moras y conté estrellas.
ochocientas veinticinco estrellas. Tan cerca de cumplir mi deseo.
Vi a Minho saltar la cerca, eso hacía desde que su pie mejoró. Traía una bolsa de regalo lo que me pareció extraño. Entonces recordé que al siguiente día era mi cumpleaños 17.
—hola bonito—Minho me saludaba así desde que tomó confianza para juntar nuestros labios.
—...hola—no sabía cómo sentirme después de verlo con aquella persona por la tarde.
Me preguntaba si Minho hacía eso todas las tardes y yo por estar durmiendo no lo notaba...
—¿como te sientes?
Había omito contarle sobre mi "xp". Contar que estás enfermo te convierte solo en una enfermedad, dejas de verte como humano y no quería eso. No quería que Minho me viera con lastima o miedo, que se alejara por no querer herirme, quería que lo hiciera, que me lastimara tanto que pudiera sentir lo que es vivir realmente. Lo quería tanto.
—bien...¿es para mi?
El extendió el regalo hacia mi, lo abrí y entonces supe que Minho jamás me juzgaría y que por más que quisiera jamás me lastimaría. Él estaría junto a mi, sufriríamos juntos.
—es...hermosa—saque la manta que traía estampada una imagen de miles de luciérnagas.
Tome mi vieja manta lila y coloqué la nueva, se sentía más cómoda.
Minho se posicionó cerca de mi, lo suficientemente cerca que me permití recostar mi cabeza en su regazo.
—¿contamos las estrellas?...—me pregunto Minho, lo había vuelto parte de esa rutina, pero verlo con alguien más me hizo contar desesperadamente cada diminuta estrella. Deseaba que Minho estuviera solo conmigo.
—ya las conté—conteste mientras sus manos acariciaban sutilmente mi cabello.
—¿sin mi?
—pensé que estarías ocupado...con aquella chica.
Escuche que Minho sonreía mientras se agachaba lentamente hasta dejar un corto pero muy delicado beso en mis labios. Mis mejillas seguro se habían sonrojado.
—¿me viste?—recuerdo el suspiro melancólico que Minho soltó—es Eve, una amiga.
—es linda, parece tu tipo—solte aquello con mi corazón acelerado.
—mi tipo es más como alguien mmm...que le guste el cielo y las estrellas, que le gusten las galletas de moras y que le guste pasar tiempo conmigo cerca de un lago de luciérnagas.—Minho me miro mientras yo también lo veía, ¿que era esta nueva sensación?—mi tipo eres tú, Han Jisung.
Recuerdo que esa confesión me regreso al inicio de partida, nuevamente tenía miedo, nuevamente desearía ser normal y poder amar sin miedo a pensar en cuantos días me quedan...
Lloré, llore por que yo también lo quería a él pero no quería que sus lágrimas al final del cuento fueran por culpa mía, por ser egoísta.
—¿tu...no me quieres Hannie?
Puedo recordar que su voz salió temblorosa, creyó que yo lloraba por no poder corresponder sus sentimientos pero yo lloraba por que los correspondía.
—te quiero tanto Lee Minho—me acomode mejor para poder abrazarlo—te quiero tanto pero no podemos estar juntos...
Aquella frase descoloco a Minho, las estrellas habían sido invitadas de honor aquel día que sus labios se unieron en un beso y estaban presentes ahora que dos corazones parecían tomar un rumbo diferente.
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Amigues vamos a mitad de la historia, solos les puedo decir que preparen sus kleenex :3
Por cierto, la historia es muy corta. Podría publicarla toda de una vez si ustedes quieren:)
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El chico del anochecer | MinSung
FanficHan Jisung era un joven de 16 años que padecía de una enfermedad llamada Xerodermia Pigmentosa. Sus padres habían optado por mantenerlo estudiando en casa, evitando por completo el contacto con el sol. Justo cuando la noche llegaba, Jisung salía a...