XXI

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Un mes había pasado. 

Un mes en el cual sus sentimientos por el príncipe florecieron cada vez más.

Se ponía nervioso por la presencia de este.

Ni hablar sin tartamudear podía. 

Cayó completamente en su encanto.

Debía de admitirlo quién no caería por Jeon si era la perfección hecha persona.

Se acuerda cuando la noche reinaba junto al silencio en palacio, noche  en la cual  dormir  fue imposible, sus pensamientos iban destinados a la misma persona. Decidió  ir a tomar un poco de aire, estar en contacto con la naturaleza lo relajaba de sobre manera, puede estar por horas apreciando las maravillas que la naturaleza ofrecía y nunca cansarse. La luna brillaba en su máximo esplendor, hermosa como siempre demostrando que ella  era la reina de la noche. Presenciar la luna era como encontrarse acompañado, como si la luna fuera su más fiel compañero  guardando cada uno de sus más íntimos secretos que ni siquiera su mejor amigo sabía. 

Escuchó  un sonido  procedente  del campo de entrenamiento, cuál sonido lo extraño ya que todos suponía dormitaban en la comodidad de sus camas, escondiéndose tras un pilar asomó su cabeza quedando maravillado con las vistas. El príncipe estaba entrenando a la luz de la luna, el sudor caía lentamente por su torso, casi babea por las vistas que tenía frente a él, parecía un acosador pero poco le importaba, esas vistas no se veían todos los días. 

Su modo acosador poco duró pues el príncipe se percató de una mirada intensa sobre sí y al girar su rostro lo vio, con el corazón acelerado de haber sido atrapado corrió como un cobarde de regreso a palacio ya no necesitaba tomar aire.

Luego del fatídico incidente donde fue atrapado con las manos en la masa  estuvo evitando a todo costa al príncipe, recordar lo sucedido lo avergonzaba incapaz de verle la cara. Era muy sigiloso en sus movimientos, siempre verificaba que el príncipe no merodee por los alrededores. Taehyung le preguntó qué le pasaba y al contarle esté no hizo más que reírse en su cara.

Para qué tener enemigos si tienes a tus amigos.

En este preciso instante se encontraba caminando hacía la cocina, mirando de un lado a otro. Parecía el típico protagonista de las películas de terror donde el protagonista (él en este caso) caminaba por un desolado pasillo a oscuras con su linterna en mano mirando paranoicamente por todos lados para que el bicho, monstruo, espíritu, fantasma, payaso, muñeco endemoniado apareciera (que este caso sería el príncipe) pegándole el susto de su vida  y luego salir corriendo como alma que lo lleva el diablo.

Tal como los protagonistas de una película de terror Jimin recibió el susto de su vida y no fue precisamente de quien esperaba.

Fue Jin.

 -¡JIMIN!-Gritó en un intento de sorprenderlo por detrás.

-¡AHHHHHHHHHH!-Exclamó a los gritos tras el susto que se había cargado. 

 Y como todo protagonista de una película de terror salió corriendo como alma que lo lleva el diablo, dejando atrás a un perplejo Jin.

Corrió, corrió y corrió, los que trabajaban que pasaban a su lado se preguntaban porque estaba corriendo como desquiciado por palacio. Llegando agitado hasta la cocina, parecía haber corrido un maratón.

Mierda nunca corrí tanto en mi vida, necesito  hacer actividad física.

Okey Park acabas de decir la estupidez más grande de tu vida, tu ni aunque te paguen un millón de dólares haces actividad física.

-Jimin

Si antes pensó que le habían dado el susto de su vida se equivocó.

 -¡AHHH,PRÍNCIPE JEON!, ¡QUE CARAJOS HACE AQUÍ!

-Estaba por llevarle manzanas a mi caballo, tu estas bien te noto exaltado 

-Eh...yo...bueno....este-Deja de tartamudear idiota-si estoy bien

-Seguro-Preguntó alzando una ceja.

-¡SII!...digo...si porque no lo estaría, estoy bien, perfectamente bien

No, no lo estoy 

-Ahora que nos encontramos puedo hacerte una pregunta

El cuerpo del joven bailarín se tenso. Sabía perfectamente dónde se dirigía esto y lo único que podía hacer es pedir un milagro.

-Si porque no-Sonrió tensamente.

Dios soy yo, se que no voy todos los domingos a la iglesia pero te pido un milagro, uno solito y prometo rezar cien padres nuestros todas las noches.

Como si sus plegarias fueron escuchadas el milagro apareció.

-Interrumpo algo 

Gracias dios

-Claro que no pálido no interrumpes nada

-De hecho

El príncipe fue interrumpido.

-Oh, casi se me olvida, el pálido y yo tenemos asuntos que atender así que lamentablemente príncipe  tendremos que posponer la conversación-Dijo agarrando la mano de Yoongi (quien  pensaba que había perdido la cabeza) y girando sobre sus ejes abandonaron el lugar.

El príncipe golpeó su lengua contra su mejilla, viendo como ambos se iban. La idea de que Yoongi pasara tiempo con Jimin no le agradaba en absoluto.

                                                                ---Atrapado en el Tiempo---

Yoongi era arrastrado por Jimin, el primero no entendía qué le pasaba al chico loco, el solo había ido por comida.

-Chico loco, ya puedes soltarme

-Si, lo siento  pero  necesitaba  un milagro y llegaste tu mi querido pálido como ángel caído del cielo 

-¿Estas bien?-Definitivamente el chico loco perdió la cabeza.

-No

-Se nota 

-¿Qué? 

-Nada 

-Lamento haberte arrastrado pero no podía quedarme ni un minuto más a solas con el príncipe 

-¿Por qué?-Quiso saber.

-Larga historia 

-Tengo tiempo 

-No pensé que fueras ese tipo de persona pálido

-¿Tipo de persona?

-Si a la que le gustan los chismes 

-No me gustan, solo creo que me debes una explicación del porque me sacaste a arrastras de la cocina cuando iba por algo de comida-Resalto la última palabra.  El solo quería comer.

-Te diré si me prometes no reírte 

-Okey 

Luego de contar su trágica historia, Yoongi comenzó a reír descontroladamente.

-Dijiste que no te ibas a reír pálido-Acuso. 

-Ya perdón es que-La risa impidió su habla.

-¡YA! no es gracioso-Se cruzó de brazos ofendido.

-Tienes que admitir que lo es chico loco 

-No...¡NO LO ES!-Gritó espantando al príncipe dando media vuelta perdiéndose por ahí.

-Este chico necesita ir al loquero urgentemente-Concluyó Yoongi.

Atrapado en el Tiempo (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora