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El festival de primavera daba su comienzo, la felicidad en los rostros de los pueblerinos se reflejaba.

 Cada año la festividad crecía en gran cantidad para no decir que se descontrolaba a tal punto que todos terminan borrachos y al día siguiente la jaqueca los ataca. 

El sol se ocultó, la luna asomándose y la gran festividad comenzaba. La melodía de la guitarra del cantor junto a la fuente resonaba, los niños correteaban, algunos bailaban al compás de la melodía otros  asaban la comida en grandes fogatas, recolectaban flores, contaban relatos o simplemente observaban las estrellas. 

Sin lugar a dudas era algo digno de presenciar.

Como Jimin y Jungkook quienes habían salido a escondidas de palacio con antifaces adornando sus caras donde así nadie en Calithea los reconocería.

La emoción se reflejaba en el príncipe, no podía creer que después de veinticuatro años por fin se encontraba en el festival de primavera. Tantos años esperando poder ir y ahora ya no debía de esperar, había cumplido su más grande anhelación. 

-Es genial-Dijo como si de un nene chiquito se tratara.

-¿A dónde quiere ir primero príncipe?

-No lo se, hay tantas cosas que quiero conocer que me es imposible decidir 

-Qué le parece si empezamos por ahí-Señaló a un viejito que contaba historias alrededor de una fogata.

-Si, vamos-Tomó la mano de su acompañante entrelazando sus dedos, dando como resultado a un Jimin bastante sonrojado y con las mariposas haciendo estragos en su interior.

Ambos se sentaron en uno de los troncos alrededor de la fogata, mientras escuchaban atentamente al viejo  contar la leyenda del hilo rojo.

Algo que resultaba patético para Jimin.

El hilo rojo no existía solo era una jodida leyenda que todos caían como idiotas.

-El hilo rojo, un  hilo no se puede ver, tocar incluso cortar, un hilo capaz de entrelazar a las parejas destinadas

Jimin viro los ojos, cruzándose de brazos.

-Absurdo-Dijo para sí mismo.

O eso creía.

Los presentes  miraron a su dirección.

-Perdona-Dijo desconcertado el viejo narrador.

-Eh

-Te está hablando a ti Jimin-Le habló el príncipe en un susurro.

-¿Por qué?-Preguntó entre dientes.

-Dijiste que el hilo rojo era absurdo-Respondió de la misma forma sin que  los presentes  escucharan.

-Oh-Eres un  pendejo Park Jimin- sí es absurdo-Espetó fuerte y claro.

El viejo narrador lo miró mal. Cómo se atrevía ese joven a decir tal barbaridad.

-No es absurdo joven 

-Que no es absurdo-Bufo- no me haga reír, claramente esa leyendita es una mentira inventada solo para llamar la atención 

-No es una leyendita inventada-Recalcó furioso el viejo narrador-no es mi culpa que no creas en el amor joven 

Jimin entreabrió  su boca, ese viejo le iba a colmar la poca paciencia que se cargaba. 

-A ver viejito de cuarta 

-Jimin  cálmate por favor- Pidió el príncipe.

-Que me calme ¡Mis pelotas!

Todos los presentes abrieron sus ojos de par en par sorprendidos por la dicha palabrota, excepto el príncipe quien  ya conocía cómo era su pequeño rubio.

Atrapado en el Tiempo (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora