Capítulo 4

91 9 0
                                    


Día 1

Aoom Veterinaria:

Hola, ¿qué tal va el encierro?

Repostera estrella:

Horrible, pero gracias por preguntar

¿Cómo esta Brook?

Aoom veterinaria:

Creo que te extraña

Repostera estrella:

¿Cómo me puede extrañar si aún no me conoce?

Aoom veterinaria:

Ya le platiqué de ti

Repostera estrella:

Pero tú tampoco me conoces

Aoom veterinaria:

Le dije que eres la mejor repostera de Tailandia

y que a pesar de que nunca has tenido una mascota

vas a quererlo y cuidarlo lo mejor que puedas.

Repostera estrella:

Realmente quisiera regresar al trabajo y poder verlo.

Aoom veterinaria:

Yo también quiero regresar,

ojalá el encierro termine pronto.


— ¡Meena! ¡Meena! ¡Ven rápido por favor! ¡Meena!

Ramida volvió a gritar desde su cama. Meena entró por sexta vez en lo que iba del día, y apenas eran las diez de la mañana. Ni siquiera le preguntó a su madre por qué motivo la había llamado, ella sabía que su madre buscaba cualquier excusa para tenerla cerca y atormentarla.

— Mira mis pies —expresó Ramida apartando la sábana que la cubría —, están tan hinchados que no puedo ni moverlos.

Meena se sentó en la orilla de la cama y comenzó a frotar sus piernas de arriba abajo para activar la circulación.

— Ayer estabas perfectamente mamá.

— ¿Qué estas insinuando? ¿Crees que me agrada estar así? ¿Crees qué lo hago para molestar?

Meena sabía que era exactamente así, le había tomado tiempo reconocerlo, pero el medicamento contra la depresión le había cambiado completamente el carácter y la personalidad. Y todo eso era culpa de su hermano Fred, era él quien le conseguía la droga. Su hermano pensaba que era mejor ese comportamiento bipolar a que sufriera los síntomas de la enfermedad. Meena no estaba tan segura porque vivir en esa casa se había convertido en un infierno.

Sonó de nuevo su celular, ella dejó lo que estaba haciendo para contestar el mensaje de Aoom.

— ¿Es de nuevo tu jefe? —preguntó Ramida—, dile que no piensas volver a ese trabajo, que tu madre te necesita.

— No voy a dejar mi trabajo mamá, ya te lo dije.

— Claro que no, eres una malagradecida a la que no le importa ver sufrir a su madre.

Meena ignoró el comentario y siguió respondiendo el mensaje de Aoom. La veterinaria le había mandado una foto de Brook y de Bombay dormidos juntos.

— ¿Por qué no vuelves a trabajar desde casa? —Preguntó Ramida suavizando su tono y tocando ligeramente la mano de su hija—Nos iba bien preparado los pasteles desde aquí, yo podía ayudarte y tú te quedabas conmigo para cuidarme.

Aún en lo profundo, te diré que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora