Capítulo 11

121 11 11
                                    


DAILY NEWS, Bangkok, 04 de Octubre de 2045.

La organización Mundial de la Salud advierte que los tratamientos para reducir los síntomas del SARS-CoV-2 no han dado los resultados esperados. Según cifras oficiales de la organización, en las últimas semanas se ha presentado un incremento considerable en las salas de urgencia de pacientes con fiebre, dificultad para respirar y dolor articular. Asimismo, se prevé que el Síndrome de Depresión Posviral también aumente. Según los expertos, este hecho no está relacionado con el uso de fármacos ilegales para combatir la pandemia de depresión. Nuevos tratamientos están siendo evaluados para combatir la enfermedad que, según cifras de la OMS, afecta a mas de la mitad de la población.

El gobierno de Tailandia recomienda a sus ciudadanos abstenerse del uso de medicamento ilegal y poco confiable para evitar los síntomas de la enfermedad ya que no se ha estudiado a fondo su reacción.

Por el momento, la ciudad de Bangkok se mantiene en alerta naranja.

Barrio de Din Daeng en Bangkok. Central Rama 9.

Eran pocas las personas que recorrían los pasillos de la plaza. Hasta hace unos días, los locales estaban abarrotados de gente comprando y divirtiéndose, pero el ánimo se había apagado luego del comunicado en las redes sociales del gobierno acerca del recrudecimiento de la pandemia, sin embargo, esa no era la principal razón por la que la mayoría de las personas prefería permanecer en sus casas, la verdadera razón era que otra ola de violencia se había desatado en la ciudad y la policía no había podido controlarla.

— Voy a dejar la plaza —dijo Snack de repente. El grupo de amigas, que se encontraba reunido en su tienda de música, la miraron con sorpresa.

— Ya hemos pasado por esto antes—dijo Ice refiriéndose a los pocos ingresos que todos los locales habían tenido—, nos vamos a recuperar.

Es verdad que antes habían afrontado crisis económicas incluso peores, pero la crisis que estaban viviendo ahora se sentía diferente y en el fondo lo sabían.

— Solo...quiero estar con mi familia—dijo finalmente Snack.

Aoom miró a su mejor amiga, había sido una semana muy difícil para ella. A pesar de sus esfuerzos por mejorar su estado de ánimo y por no dejarla sola mucho tiempo, no había podido mejorar su condición. Ayer, después de la comida, Snack le informó que regresaría a casa. Aunque ella en un principio pensó que era una mala idea, con las cosas que estaban pasando en la ciudad se dio cuenta de que quizá era lo mejor. Incluso ella tenía muchas ganas de renunciar y refugiarse con su familia, pero había algo que le impedía moverse, o mejor dicho, había una persona que se lo impedía.

Desde luego hubo protestas y llanto, ninguna quería que Snack se fuera, pero al final terminaron por aceptar su decisión. Las amigas terminaron su pequeña reunión y regresaron cabizbajas a sus respectivos locales vacíos y desolados.

Meena entró a la repostería. Le había tomado solo un día volver a tenerla presentable, pero de nada le había servido el esfuerzo ya que pocos clientes habían entrado, la mayoría de su trabajo solo era por encargos y tampoco habían sido muchos. Entró a la cocina, se puso su delantal y comenzó a preparar la única orden del día que tenía. Escuchó la campanilla sonar e ilusionada salió a recibir a su primer cliente, pero para su sorpresa era Aoom quien estaba del otro lado del mostrador.

Desde el día del beso, Aoom se había mantenido alejada de ella. Una de las razones era que estaba al pendiente de Snack, pero también era cierto que no estaba segura de cómo acercarse a Meena. La repostera tampoco había querido acercarse a ella, así que entre las dos flotaba una especia extraña de incomodidad y molestia.

Aún en lo profundo, te diré que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora