El tren de las 8:30 se deslizó por las vías del pueblo, una suave brisa corta la niebla matutina. En un laboratorio clandestino, situado no muy lejos de las vías, Gary se inclinaba sobre su estación de trabajo, absorto en sus experimentos· Era un joven científico apasionado, con una mente ávida por descubrir los secretos del universo. Aquella mañana, sin embargo, un extraño presentimiento lo inquietaba.
Gary había estado trabajando en un proyecto revolucionario: un dispositivo capaz de detectar y manipular las dimensiones paralelas. Su teoría era audaz, incluso arriesgada, pero estaba convencido de que podría abrir nuevas fronteras en la comprensión del multiverso. Con un último ajuste, el dispositivo comenzó a emitir un suave zumbido, señal de que estaba listo para la prueba final.
A unas pocas calles de distancia, Perla, una ingeniera de software brillante pero insatisfecha, terminaba de revisar su código por décima vez. Trabajaba para una prestigiosa empresa de tecnología, pero se sentía atrapada en una rutina monótona. Aquella mañana, un error inexplicable en su programa la había obligado a reescribir gran parte del código. Frustrada, decidió tomar un descanso y pasear hacia una cafetería.
El destino tenía otros planes. En el mismo momento en que Gary activaba su dispositivo, Perla enviaba su código corregido a compilar. Un destello de luz brillante inundó el laboratorio de Gary, seguido por una pequeña explosión que lo lanzó al suelo. En la pantalla de su computadora, los gráficos comenzaron a distorsionarse, formando patrones ilegibles.
Gary se levantó tambaleándose, aturdido por el impacto. Miró a su alrededor y notó algo alarmante: el aire a su alrededor parecía vibrar, como si la realidad misma estuviera fragmentándose. Corrió hacia el dispositivo para apagarlo, pero antes de que pudiera hacerlo, una segunda explosión más potente lo envolvió en un resplandor cegador.
Cuando la luz se desvaneció, Gary se encontró en medio de la calle, justo frente a las vías del tren· A su alrededor, todo parecía igual, pero una sensación inquietante de irrealidad lo invadía· Intentó orientarse, preguntándose si la explosión lo había dejado inconsciente y esto era solo un sueño.
—M-mierda, ¿Dónde estoy?
Perla salió de la cafetería con una taza de café en la mano, tratando de sacudirse el estrés del trabajo. Notó a un joven desorientado cerca de las vías y, preocupada, se acercó para ofrecer ayuda.
—¿Estás bien? —preguntó, tocando suavemente su hombro.
Gary giró la cabeza, sorprendido por la repentina aparición de Perla. Sus ojos se encontraron, y por un momento, el mundo pareció detenerse. Había algo en ella que le resultaba extrañamente familiar, aunque estaba seguro de que nunca la había visto antes.
—No lo sé —respondió Gary, tratando de aclarar su mente—. Algo salió mal en mi laboratorio y... —miró a su alrededor, confundido—. No estoy seguro de dónde estoy.
Perla frunció el ceño, tratando de entender la situación.
—Esto es el centro del pueblo —dijo, señalando los edificios alrededor—. ¿Eres de aquí?
Gary asintió con la cabeza.
—Sí, pero... no de aquí exactamente —dijo, notando lo críptico que sonaba—. Mi nombre es Gary. Soy científico y estaba trabajando en un proyecto... algo salió mal y... creo que he terminado en una dimensión paralela.
Perla lo miró con incredulidad, pero algo en la sinceridad de sus ojos la convenció de que decía la verdad, o al menos, que él creía firmemente en lo que decía.
—Yo soy Perla —dijo finalmente—. Trabajo como ingeniera de software. Tal vez pueda ayudarte a descubrir qué ocurrió.
Gary asintió, agradecido.
—Necesito regresar a mi laboratorio —dijo—. Tal vez haya alguna pista ahí.
Perla lo acompañó, intrigada y un poco escéptica. Mientras caminaban, Gary le explicó su teoría sobre el multiverso y cómo su dispositivo debía interactuar con las dimensiones paralelas. Perla, fascinada por la complejidad de sus ideas, comenzó a ver más allá de su propia monotonía.
Al llegar al laboratorio, encontraron el lugar en ruinas. El dispositivo yacía destruido en el suelo, y las pantallas de las computadoras mostraban datos incomprensibles. Perla se arrodilló junto al aparato, examinándolo con cuidado.
—Esto es increíble —murmuró—. Si tu teoría es correcta, podrías haber abierto una brecha entre dimensiones.
Gary suspiró, aliviado de encontrar alguien que no lo tomara por loco.
—Pero la brecha se cerró y me dejó aquí —dijo, mirando los escombros—. Necesitamos reconstruir el dispositivo y entender exactamente qué salió mal.
Perla asintió, decidida a ayudarlo. Juntos, comenzaron a trabajar en el laboratorio, combinando sus habilidades y conocimientos. A medida que avanzaban, la conexión entre ellos se fortalecía, y ambos empezaban a darse cuenta de que este encuentro fortuito podría ser el comienzo de algo más grande que ellos mismos.
Mientras el día se desvanecía y la noche caía sobre el pueblo, Gary y Perla seguían trabajando codo a codo, unidos no solo por su búsqueda científica, sino también por una creciente atracción que parecía trascender las barreras del tiempo y el espacio.
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Accidente Sobre Las Vías
Science FictionEn un pueblo, dos almas coinciden por un accidente en el multiverso, Gary, un chico científico que trabaja en un laboratorio clandestino, y Perla, una ingeniera en software que tiene el mismo objetivo que Gary... Conocer la vida en otros universos. ...