Capítulo 6: El Precio del Conocimiento

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El cruce a través de la brecha dimensional fue una experiencia que desafió todas las descripciones. Gary, Perla, y el otro Gary sintieron como si sus cuerpos fueran descompuestos y reensamblados, mientras colores y sonidos desconocidos inundaban sus sentidos. Cuando finalmente llegaron al otro lado, se encontraron en un lugar familiar pero extraño al mismo tiempo.

El laboratorio estaba vacío, pero claramente era una versión de alto nivel tecnológico del laboratorio de Perla. Los equipos brillaban con luces pulsantes y las pantallas mostraban datos complejos que cambiaban a un ritmo vertiginoso. Gary miró a su alrededor, tratando de orientarse.

—¿Estamos en tu mundo? —preguntó Perla, mirando a Gary.

Gary asintió lentamente.

—Creo que sí. Esto se parece mucho a mi hogar, pero no es exactamente igual.

El otro Gary exploraba el laboratorio con una mezcla de reconocimiento y confusión.

—Parece que es una combinación de ambos mundos —dijo—. Las tecnologías están mezcladas, y los datos sugieren una fusión de nuestras realidades.

Perla se acercó a una de las computadoras y comenzó a revisar la información. Sus ojos se abrieron con sorpresa.

—Miren esto —dijo, llamando a los dos Gary—. Según estos datos, la brecha que creamos ha causado una convergencia de múltiples universos. Este lugar es un punto de intersección.

Gary se acercó y miró los datos, comprendiendo la magnitud de lo que habían hecho.

—Parece que hemos creado una encrucijada dimensional, estamos jodidos. —dijo en voz baja—. Un lugar donde varias realidades se encuentran... y se mezclan.

El otro Gary asintió, absorbiendo la información.

—Esto explica por qué todo se siente familiar pero diferente al mismo tiempo.

Mientras exploraban el laboratorio, encontraron más pruebas de esta convergencia. Había objetos y documentos que pertenecían a diferentes versiones de sus mundos, mezclados de maneras inesperadas.

De repente, una puerta en el fondo del laboratorio se abrió y una figura emergió. Era una versión de Perla, pero con una apariencia más envejecida y con una expresión de profunda preocupación.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó, mirando a los tres con desconfianza.

Gary y Perla intercambiaron miradas antes de que Perla diera un paso adelante.

—Somos versiones de ti y de Gary de diferentes universos —explicó—. Creemos que nuestras acciones han causado una convergencia de dimensiones.

La Perla mayor los observó con atención antes de asimilar la situación.

—Entiendo —dijo finalmente—. Esto es más grave de lo que imaginé. He estado trabajando durante años para entender y controlar estas brechas, pero nunca esperé que se fusionaran de esta manera.

Gary se acercó a la Perla mayor.

—Necesitamos tu ayuda para estabilizar esta situación —dijo—. Juntos, podemos encontrar una manera de deshacer esta convergencia y devolver cada realidad a su estado original.

La Perla mayor asintió, su expresión se suavizó un poco.

—De acuerdo. Trabajemos juntos. Pero deben saber que esto no será fácil. Habrá consecuencias y riesgos que no podemos prever.

Con un plan en mente, comenzaron a trabajar. La Perla mayor compartió sus conocimientos y tecnologías avanzadas, y juntos diseñaron un nuevo dispositivo para deshacer la convergencia. La complejidad del trabajo requería la combinación de sus habilidades y conocimientos únicos.

Mientras trabajaban, Perla sintió una conexión creciente con Gary. Habían pasado por tanto juntos y ahora enfrentaban la mayor prueba de todas. Cada mirada y gesto entre ellos estaba cargado de significado.

Finalmente, después de días de arduo trabajo y colaboración, estaban listos para intentar deshacer la convergencia. Reunidos alrededor del dispositivo, los tres sabían que este era el momento decisivo.

—Activando en tres, dos, uno... —dijo la Perla mayor, y el dispositivo cobró vida con un zumbido profundo.

Las luces en el laboratorio parpadearon y una nueva brecha comenzó a formarse, esta vez con una energía más controlada y estable. Sentían la tensión en el aire mientras la brecha se expandía y comenzaba a separar las realidades fusionadas.

De repente, un estallido de luz llenó el laboratorio, y todos fueron lanzados al suelo. Cuando la luz se desvaneció, Gary, Perla y el otro Gary se encontraron de nuevo en el laboratorio original de Perla.

—¿Lo logramos? —preguntó Gary, levantándose con dificultad.

Perla miró a su alrededor, reconociendo el entorno familiar.

—Parece que sí. Estamos de vuelta en mi mundo.

El otro Gary se acercó, también aturdido pero aliviado.

—Pero, ¿qué pasó con la convergencia? ¿Se deshizo?

Gary y Perla miraron el dispositivo, que ahora estaba apagado y en silencio.

—Creo que hemos logrado deshacer la convergencia —dijo Perla—. Pero necesitamos verificar si cada uno ha regresado a su propia realidad.

Se despidieron del otro Gary, que activó su propio dispositivo de brechas para intentar regresar a su universo. Mientras tanto, Gary y Perla se abrazaron, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza.

—Hemos pasado por tanto juntos —dijo Gary, mirándola a los ojos—. No sé qué habría hecho sin ti.

Perla sonrió, sus ojos llenos de emoción.

—Yo tampoco. Pero ahora tenemos que seguir adelante, cada uno en su propio mundo.

Con una última mirada, Gary activó el dispositivo y cruzó la brecha, esperando encontrar su camino de regreso a casa. Mientras lo hacía, sabía que siempre llevaría consigo el recuerdo de Perla y la increíble aventura que habían compartido.

De vuelta en su propio mundo, Gary sintió una mezcla de tristeza y gratitud. Había aprendido mucho y había formado un vínculo que trascendía las dimensiones. Sabía que, de alguna manera, siempre estarían conectados.

Y mientras miraba el horizonte, Gary sonrió, listo para enfrentar su futuro con la sabiduría y la fuerza que había ganado en su viaje a través del multiverso.

Accidente Sobre Las VíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora