Capítulo 7: Realidades Divergentes

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Gary despertó en su cama, con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas. Por un momento, se preguntó si todo lo que había vivido había sido un sueño. Pero al mirar alrededor de su habitación, notó pequeños cambios que le recordaban la experiencia interdimensional. Sus notas, los dispositivos tecnológicos avanzados que había traído consigo, y una extraña sensación de haber cambiado profundamente confirmaron que lo que había vivido era real.

Se levantó y se dirigió a la cocina, donde encontró a su compañero de piso, Tom, preparando el desayuno.

—Buenos días, Gary —dijo Tom, sin notar nada fuera de lo común—. ¿Qué tal dormiste?

Gary dudó por un momento antes de responder.

—Bien, creo. Ha sido... una semana larga, como si mi vida se fuera a la mierda por un segundo.

Mientras desayunaba, Gary no podía dejar de pensar en Perla y en la Perla mayor que habían conocido en la convergencia de los universos. Sabía que tenía que verificar que realmente estaba de vuelta en su propia dimensión y no en otra realidad ligeramente diferente.

Decidió ir al laboratorio donde trabajaba antes de que todo esto comenzara. En el camino, observaba cada detalle, buscando cualquier signo de divergencia con su mundo original. Al llegar, fue recibido por sus colegas, quienes lo saludaron como de costumbre.

—Gary, justo a tiempo. Tenemos que revisar los últimos datos del proyecto —dijo Ahiru, su compañera de trabajo.

Gary asintió y se unió a ella en el laboratorio, donde comenzó a revisar los datos y a trabajar en los experimentos como si nada hubiera pasado. Sin embargo, la experiencia que había vivido lo había cambiado, y ahora veía todo desde una nueva perspectiva.

Durante el almuerzo, decidió enviar un mensaje a Perla, esperando que ella también hubiera regresado a su propia dimensión. La idea de que ella pudiera estar en otra realidad le preocupaba, pero al mismo tiempo, confiaba en que todo había salido bien.

—Hola, Perla. Espero que hayas regresado a salvo. Estoy de vuelta en mi mundo, pero todo se siente un poco diferente. ¿Cómo estás? —escribió en su mensaje.

Unos minutos después, su teléfono vibró con la respuesta de Perla.

—Hola, Gary. Sí, estoy de vuelta en mi dimensión. Todo parece normal aquí, pero al igual que tú, siento que algo ha cambiado. Fue una experiencia increíble y aterradora a la vez.

Gary sonrió, aliviado de saber que Perla estaba bien. Sus mensajes continuaron durante el resto del día, compartiendo sus pensamientos y experiencias sobre lo que habían vivido. A pesar de estar en mundos diferentes, su conexión seguía siendo fuerte.

Días pasaron y Gary se sumergió en su trabajo, aplicando los conocimientos y las tecnologías que había adquirido durante su viaje interdimensional. Los avances que logró impresionaron a sus colegas, y pronto se encontró en una posición de liderazgo en su proyecto.

Una noche, mientras revisaba sus notas en casa, recibió una llamada de Perla.

—Gary, he estado pensando en algo —dijo ella, su voz llena de emoción y curiosidad—. ¿Y si podemos usar lo que aprendimos para explorar otros universos de manera segura? Podríamos crear un puente estable entre nuestras dimensiones y continuar nuestra investigación juntos.

Gary se quedó en silencio por un momento, considerando la idea. La posibilidad de seguir trabajando con Perla y explorar las infinitas posibilidades del multiverso era tentadora.

—Es una gran idea, Perla. Pero también debemos ser cautelosos. Ya vimos lo peligrosa que puede ser la convergencia. Necesitamos asegurarnos de que cualquier tecnología que desarrollemos sea segura y controlada.

Perla asintió, aunque él no podía verla, sintió su acuerdo a través del teléfono.

—Tienes razón, Gary. Tomaremos todas las precauciones necesarias. Pero creo que podemos hacer algo increíble juntos.

La conversación continuó hasta bien entrada la noche, con ambos compartiendo ideas y planes para su nuevo proyecto. Decidieron reunirse en un punto neutral entre sus dimensiones, un lugar donde pudieran trabajar juntos sin arriesgar la estabilidad de sus mundos.

Gary y Perla comenzaron a planificar su encuentro, diseñando un nuevo dispositivo que les permitiría abrir una brecha controlada y segura. Sabían que el camino por delante sería desafiante, pero estaban decididos a continuar su trabajo juntos, impulsados por la curiosidad y el deseo de explorar lo desconocido.

Mientras preparaban sus equipos y reunían los recursos necesarios, Gary no podía evitar sentir una profunda gratitud por haber conocido a Perla y por la increíble aventura que habían compartido. Sabía que, sin importar lo que el futuro les deparara, siempre llevarían consigo el conocimiento y las experiencias que habían ganado en su viaje a través del multiverso.

Y así, con un nuevo propósito y una renovada determinación, Gary y Perla se embarcaron en su próxima aventura, listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara y para descubrir los secretos que el multiverso aún guardaba.

Accidente Sobre Las VíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora