La madrugada había dado paso a una mañana luminosa cuando Gary, Perla y el otro Gary finalmente decidieron hacer una pausa en su trabajo. La intensidad de las últimas horas los había dejado exhaustos, pero también llenos de una renovada esperanza. Habían avanzado mucho en su comprensión de las brechas dimensionales y estaban más cerca que nunca de estabilizarlas.
—Debemos descansar un poco antes de continuar —dijo Perla, estirándose, intentando aliviar la tensión en sus músculos—. No servirá de nada intentar pensar con claridad si estamos todos jodidos.
Los dos Gary asintieron en acuerdo. Decidieron salir de la biblioteca y dirigirse a un pequeño parque cercano, donde el aire fresco y la tranquilidad les ayudarían a despejar la mente. Mientras caminaban, el otro Gary miraba a su alrededor con una mezcla de nostalgia y curiosidad.
—Este lugar me recuerda tanto a mi hogar, pero a la vez es tan diferente —comentó.
Gary asintió, entendiendo perfectamente su sentimiento.
—Lo sé. Es como estar atrapado en un sueño extraño donde todo es casi igual, pero con pequeñas diferencias que lo hacen inquietante, y ciertamente... liminal.
Se sentaron en un banco del parque, dejando que el sol matutino calentara sus rostros. Perla, siempre inquisitiva, aprovechó la oportunidad para hacer más preguntas.
—¿Qué has aprendido en tus viajes a través de las dimensiones? —preguntó al otro Gary—. Cualquier cosa que nos pueda ayudar sería útil.
El otro Gary asintió y comenzó a relatar sus experiencias. Había visitado universos donde las diferencias eran mínimas y otros donde eran abismales. En algunos, la tecnología estaba mucho más avanzada, y en otros, las sociedades funcionaban de maneras completamente distintas. Pero había un patrón que había comenzado a notar.
—Las brechas parecen abrirse más fácilmente en lugares y momentos de alta energía —explicó—. Eventos significativos, puntos de alta tecnología, incluso emociones intensas. Todos estos factores pueden influir en la formación y estabilidad de las brechas.
Gary y Perla escucharon con atención, asimilando la información.
—Tiene sentido —dijo Perla—. Nuestro primer experimento tuvo lugar durante un momento de alta tensión y actividad. Si podemos controlar esos factores, podríamos estabilizar mejor las brechas, ¿No?
Mientras discutían sus hallazgos, Perla sacó su cuaderno y comenzó un nuevo plan. Su mente trabajaba rápidamente, conectando las piezas, como si fuese un rompecabezas.
—Podríamos usar estos puntos de alta energía como anclas —sugirió—. Si sincronizamos nuestros dispositivos en estos momentos y lugares específicos, podríamos aumentar nuestras probabilidades de éxito.
Gary miró el cuaderno de Perla, impresionado por su habilidad para convertir ideas abstractas en un plan concreto.
—Es una excelente idea —dijo, sintiendo una oleada de admiración y afecto por ella—. Con esto, podríamos tener una oportunidad real de estabilizar las brechas.
Decidieron regresar al laboratorio y poner en práctica su nuevo plan. La esperanza y la determinación los impulsaban, a pesar del cansancio. Mientras trabajaban, notaron que su colaboración se había vuelto más fluida, casi intuitiva. Cada uno sabía exactamente qué hacer y cómo complementar el trabajo del otro.
El otro Gary también se integró sin problemas, aportando sus propias observaciones y ajustes basados en sus experiencias. A medida que avanzaban, Perla notó algo curioso en los datos.
—Miren esto —dijo, señalando la pantalla—. Hay un patrón en la energía de las brechas. Parece que hay un pico justo antes de que se abran completamente.
Gary y el otro Gary se acercaron para examinar los datos.
—Podríamos usar ese pico como una señal para sincronizar nuestros dispositivos —sugirió el otro Gary—. Si podemos anticiparnos a ese momento, podríamos abrir una brecha mucho más estable.
Trabajaron incansablemente para ajustar sus dispositivos y algoritmos en base a este nuevo descubrimiento. La tarde avanzaba rápidamente, y la tensión en el laboratorio era palpable.
Finalmente, después de horas de ajustes y pruebas, estaban listos para intentar nuevamente. Se reunieron frente al dispositivo, sintiendo una mezcla de esperanza y temor.
—Esta vez, lo lograremos —dijo Perla, su voz firme y decidida.
Gary asintió, sintiendo la misma determinación.
—Activando en tres, dos, uno... —dijo el otro Gary, y con un clic final, el dispositivo cobró vida.
El zumbido familiar llenó el aire, pero esta vez, la brecha comenzó a abrirse de manera mucho más controlada. Las luces parpadeaban suavemente, y una sensación de estabilidad se extendió por el laboratorio.
—Está funcionando —dijo Perla, su voz llena de asombro.
La brecha se abrió completamente, mostrando una imagen clara y estable de un mundo. Gary miró a través de la brecha y sintió una punzada de reconocimiento.
—Este es mi hogar —dijo con un susurro—. Estoy seguro.
El otro Gary también miró, asintiendo lentamente.
—Es similar al mío también. Quizás sea el punto de intersección entre nuestras dimensiones.
Perla miró a ambos Gary, sabiendo que estaban a punto de tomar una decisión crucial.
—No importa qué pase, ha sido un honor trabajar con ustedes —dijo, su voz llena de emoción.
Gary y el otro Gary asintieron, compartiendo el mismo sentimiento.
—Vamos a hacerlo —dijo Gary, y juntos, los tres cruzaron la brecha, esperando encontrar el camino de regreso a sus respectivos mundos y, tal vez, a algo más grande que ellos mismos.
Mientras cruzaban, la luz envolvió sus cuerpos, y una sensación de paz y propósito los invadió. Sabían que, sin importar dónde terminaran, siempre llevarían consigo la experiencia de esta increíble aventura interdimensional y el vínculo que habían forjado a lo largo del camino.
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Accidente Sobre Las Vías
Ciencia FicciónEn un pueblo, dos almas coinciden por un accidente en el multiverso, Gary, un chico científico que trabaja en un laboratorio clandestino, y Perla, una ingeniera en software que tiene el mismo objetivo que Gary... Conocer la vida en otros universos. ...