Illescas

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Marta abrió los ojos mientras despertaba lentamente, no pudo contener un suspiro que venía desde su alma, un suspiro de satisfacción, vio oscuridad a su alrededor a excepción de la luz de la luna que entraba por la ventana de la habitación, se sentía como en una nube aún con la ropa puesta, noto el brazo que aún la abrazaba por la cintura y pensó que jamás se había sentido tan bien el calor humano cerca de su cuerpo, disfruto allí un rato hasta que muy a su pesar se movió suavemente deslizándose por la cama fuera del abrazo, al intentar levantarse una voz la detuvo.

- A dónde vas? Estaba muy cómoda - Sonrió para si misma antes de ponerse de pie para mirar a la morena que le hablaba desde la cama

- Yo también, pero creo que podría estar más cómoda sin está ropa puesta, un poco más suelta - Fina se sentó en la cama y Marta prendió la lámpara que estaba en su lado

- Pues no es mala idea, también podríamos meternos bajo las sábanas, la noche está bastante fresca - Mencionó Fina mientras atravesaba la cama para llegar hasta Marta y pararse frente a ella. - Me dejas? - La rubia le sonrió y tomo las manos de Fina para llevarlas hasta su escote semi abierto. La morena entendió de inmediato y termino de desabrochar la blusa con delicadeza sin dejar de mirarla a los ojos, soltó el cinturón negro y deslizó la tela por los hombros de Marta hasta que ésta cayó al suelo, prosiguió con su falda, rodeó su cintura con ambas manos hasta la parte trasera buscando el cierre y al encontrarlo lo bajo, no hizo falta más para que la falda se precipitara hasta abajo, una ligera bata corta de seda y encaje la cubría, Fina totalmente encantada bajó las manos desde la cintura de Marta, por sus caderas, por sus piernas por encima de la tela y se arrodilló frente a ella. - Puedo? - Preguntó la morena mirando hacia arriba buscando aprobación para quitarle las medias.

- Si - Lo dijo casi tan bajito que de no haber sido por el silencio que las envolvía no habría escuchado, con una sonrisa Fina deslizó sus manos debajo de la tela, subiendo hasta las caderas de Marta, quien ahora tenía los ojos cerrados y disfrutaba del contacto, bajó las medias tan despacio como pudo, provocándole escalofríos, por un momento la rubia sintió que le fallaban las rodillas así que se apoyó en los hombros de la otra, ésta terminó de quitar las medias mientras Marta levantaba un poco los pies para darles salida, Fina se puso de pie y sin poder evitarlo se acercó para besarla, un beso lento y húmedo, juntaron sus frentes y Marta se encargó deslizar la primera prenda por los hombros de Fina, sus dedos que ya no temblaban, se movieron por los botones de la blusa hasta que pudo retirarla completamente, soltó el cinturón de la falda y al igual que la otra llevó sus manos a la parte trasera para buscar el cierre, al encontrarlo la falda no tardó en tocar el suelo, sin perder tiempo se arrodilló frente a Fina y deslizó las manos por sus piernas sin pedir permiso hasta llegar a las caderas, donde encontró el borde de las medias, miró hacia arriba para encontrar a Fina mordiendo su labio inferior, bajo las medias hasta que la otra levantó sus pies para deshacerse de ellas.

- Ahora está mucho mejor - Susurró Fina mientras deslizaba las yemas de los dedos desde los brazos hasta el cuello de Marta que ya se había levantado, la rubia no tardó en tirar de su cintura para tenerla cerca y besar sus labios con pasión, poco a poco apartaron las sábanas para meterse en ellas, los besos y las caricias llenaron la noche de susurros y declaraciones de amor, hasta que en otro abrazo se quedaron dormidas, allí en su nuevo refugio; un hotelito de Illescas.


Anhelos de Mujer (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora