Capitulo 5: Aliados Forzados

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Después de la noche de negociaciones y tensiones, Laurel se despertó temprano la mañana siguiente, lista para enfrentar el día. Sabía que la alianza con el Circo Luna Morada era crucial, y que Bastian sería una pieza complicada en el tablero. Su encuentro casual con él la noche anterior había dejado claro que no la tomaba en serio, creyéndola solo una simple secretaria.

Bastian, por otro lado, aguardaba en la lujosa sala de reuniones del penthouse, observando la ciudad desde la ventana. No había estado en un lugar tan lujoso desde hacía mucho tiempo, y aunque mantenía su aire de indiferencia, no podía evitar sentirse impresionado.

Cuando Laurel entró en la habitación, Bastian esperaba encontrarse con Maximiliano, pero la presencia de Laurel le sorprendió. La observó con una mezcla de desdén y curiosidad mientras ella asumía el papel de anfitriona.

—Buenos días, señor Bastian —saludó ella con una sonrisa profesional—. El señor Maximiliano me pidió que lo recibiera.

Bastian alzó una ceja, su desconfianza latente.

—¿La secretaria de Maximiliano? Qué interesante. No esperaba una recepción tan... modesta.

Laurel mantuvo su compostura, aunque una chispa de desafío brillaba en sus ojos.

—Soy mucho más que una simple secretaria, señor Bastian. Pero dejemos las formalidades de lado. Tenemos asuntos importantes que discutir.

Durante la reunión, Bastian y Laurel discutieron los términos del nuevo trato. Aunque Bastian mostraba confianza, Laurel no se dejaba intimidar. Su inteligencia y habilidad para manejar la conversación comenzaron a impresionar, aunque Bastian se esforzaba por no admitirlo.

—Necesitamos discreción absoluta, Bastian —dijo Laurel—. Cualquier error podría costarnos caro.

Bastian asintió, su mente ya calculando cada paso a seguir.

—Lo sé. Pero asegúrate de que Maximiliano lo tenga claro. No quiero que esto se convierta en un problema.

Laurel sostuvo su mirada, firme y decidida.

—Confía en nosotros. No permitiremos que nada salga mal.

La conversación continuó, cada uno tratando de medir al otro. A medida que pasaba el tiempo, Bastian comenzaba a darse cuenta de que Laurel no era una simple secretaria. Su competencia y astucia eran evidentes, y aunque no lo admitiera, comenzaba a respetarla, aunque de mala gana.

Mientras tanto, Castiel y su equipo de policía seguían investigando las desapariciones y asesinatos en la ciudad. La falta de conexiones familiares fuertes entre las víctimas complicaba el proceso, pero Castiel estaba decidido a resolver el caso.

—Sigamos investigando las conexiones entre las víctimas. Alguien debe estar beneficiándose de estas desapariciones —ordenó, manteniendo su enfoque en la tarea en cuestión, aunque su mente aún estaba distraída por su encuentro reciente con Laurel.

Después de la reunión, Laurel y Bastian concluyeron su encuentro con un acuerdo tentativo. A medida que Bastian se retiraba, Laurel no pudo evitar sentirse intrigada por él. Sabía que su relación sería complicada, pero también sabía que debía mantenerse firme y demostrar que era más que capaz de manejar cualquier desafío. Y Bastian, por su parte, se encontraba en un dilema similar, consciente de que había encontrado en Laurel una oponente formidable y decidida a proteger lo que más le importaba: su circo y su libertad.

En otra parte de la ciudad, Castiel estaba en su oficina, rodeado de archivos y mapas. La investigación sobre las recientes desapariciones y asesinatos estaba en pleno apogeo, y el equipo de policía estaba trabajando sin descanso para encontrar pistas.

—Tenemos varias víctimas desaparecidas en las últimas semanas —dijo uno de sus oficiales—. Todos tienen algo en común: son personas sin conexiones familiares fuertes, lo que dificulta las denuncias inmediatas.

Castiel asintió, sus pensamientos divididos entre la investigación y el encuentro reciente con Laurel. Había algo en ella, algo que no podía quitarse de la cabeza. Pero sabía que no podía permitirse distracciones. La ciudad dependía de él para resolver estos crímenes.

De vuelta en el penthouse, Laurel y Bastian concluyeron su reunión con un acuerdo tentativo. Cuando Bastian se levantó para irse, Laurel lo detuvo con una última pregunta.

—¿Qué te hizo decidir trabajar con nosotros, Bastian? —preguntó, con una mezcla de curiosidad y desafío.

Bastian la miró, su expresión endurecida.

—Para ser una simple secretaria eres muy curiosa. Te diré, no tengo muchas opciones. Y necesito asegurar la seguridad de mi circo. Maximiliano ofreció una buena oportunidad.

Laurel asintió, aunque sabía que había más en la historia. Decidida a desentrañar los secretos de Bastian, lo despidió con una sonrisa floja.

—Entonces, hasta nuestra próxima reunión, señor Bastian. Que tenga un buen día.

Mientras Bastian se alejaba, Laurel no pudo evitar sentirse intrigada por él. Sabía que su relación sería complicada, pero también sabía que debía mantenerse firme y demostrar que era más que capaz de manejar cualquier desafío.

Crimen en el Anillo: Mafia, Circo y el Baile con la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora