Capitulo 7: Los Ecos del Poder

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 Laurel y Maximiliano: Estrategias y Consecuencias

En el penthouse, Laurel caminaba de un lado a otro, su frustración evidente. Se detuvo frente a Maximiliano, quien estaba relajado en su sillón, observándola con paciencia.

—¡Ese Bastian! ¿Qué cree que está haciendo? —exclamó Laurel, sus ojos brillando con furia—. Actúa como si fuera intocable, presumiendo de su conexión con nosotros. ¿No entiende lo peligroso que es eso?

Maximiliano sonrió levemente, su mirada cálida.

—Lo sé, Laurel. Pero necesitamos mantenerlo bajo control. Tiene sus ventajas, aunque sea un poco... alborotador.

Laurel frunció el ceño, deteniéndose para mirarlo con exasperación.

—¿Ventajas? Se está convirtiendo en un riesgo. Su ego puede arruinar todo por lo que hemos trabajado. Piensa que trabajar para la mafia le da poder, cuando en realidad solo lo convierte en un objetivo.

Maximiliano suspiró, levantándose para caminar hacia ella.

—Bastian es un perro que ladra fuerte pero tiene miedo de morder. Entiende que si se sale de la línea, se acabó para él. Pero, Laurel, también es útil. Su circo atrae a esos magnates depravados, y eso nos da acceso a información y fondos que no podríamos conseguir de otra manera.

Laurel resopló, cruzando los brazos.

—Entonces, ¿qué hacemos? No puedo seguir tolerando su arrogancia. Necesitamos una manera de recordarle su lugar sin causar un escándalo.

Maximiliano la miró, su expresión suavizándose. Puso una mano en su hombro, ofreciendo un apoyo silencioso pero firme.

—Haz lo que tengas que hacer. Pero con sutileza. Bastian necesita una lección, no una guerra. Y recuerda, siempre estamos un paso por delante de él. Confío en tu juicio.

Laurel asintió, respirando profundamente mientras trataba de calmar su enojo.

—De acuerdo. Me encargaré de que entienda cuál es su lugar. Sin exponernos.

Maximiliano la observó por un momento más, su rostro mostrando una mezcla de orgullo y preocupación paternal.

—Esa es mi chica. Solo ten cuidado. No podemos permitirnos errores ahora.

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El Circo Luna Morada: Luces y Sombras

En el circo luna todos estaban trabajando en sus actos, revisaban el material, repasaban coreografías, afilaban los cuchillos y avía un ambiente pesado para algunos pero familiar para ellos

Bastian caminaba entre las carpas, asegurándose de que todo estuviera listo para la función exclusiva. La mayoría de los artistas trabajaban frenéticamente y emoción, conscientes de las expectativas altas. Luna, por su parte, se destacaba entre ellos, ajustando los últimos detalles de su actuación.

—Luna —llamó Bastian, su tono autoritario mientras se acercaba a ella—, asegúrate de que la cuerda esté bien tensada esta vez. No podemos permitir más errores.

Luna, con su pequeña estatura y su aire de inocencia, asintió vigorosamente, sus ojos reflejando una mezcla de determinación y aprehensión.

—Sí, Bastian. Todo estará perfecto, lo prometo.

Bastian observó a Luna, notando el esfuerzo que ponía en todo lo que hacía. A pesar de su naturaleza tierna, había en ella una fiereza que le recordaba a sí mismo. Se agachó un poco para estar a su nivel y le dio un leve golpe en el hombro.

Crimen en el Anillo: Mafia, Circo y el Baile con la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora