La luz del mediodía caía pesada sobre la ciudad, filtrándose a través de los altos edificios y proyectando sombras intrincadas en las calles. Laurel sentía que cada día se convertía en una montaña rusa de eventos y responsabilidades. Las negociaciones con el Circo Luna Morada no hacían más que añadirle peso a su carga.
Mientras tanto, en una zona central pero oculta por la rutina cotidiana, el Circo Luna Morada erigía su carpa. Su presencia era un espectáculo intrigante en la bulliciosa vida urbana. Las carpas coloridas se destacaban contra el gris de los edificios, atrayendo a familias y curiosos durante el día con promesas de diversión y magia. Pero, cuando el sol se escondía, el circo revelaba su otra cara, una más oscura y siniestra.
Bastian, con su sombrero de ala ancha y su chaqueta roja, caminaba entre las carpas supervisando las actividades. Su semblante era severo, y sus ojos vigilaban cada detalle con precisión. Los artistas del circo, aunque talentosos, sentían el peso de su control estricto. Los errores no se toleraban, y Bastian no dudaba en expresar su descontento.
En la función diurna, los niños reían y aplaudían mientras los payasos, trapecistas y magos deslumbraban con sus trucos. Pero en la función nocturna, los aplausos se mezclaban con gritos ahogados y susurros inquietantes. La audiencia exclusiva disfrutaba de un espectáculo de tortura y crueldad, donde los límites de la moralidad se difuminaban en el nombre del entretenimiento. Los artistas, atrapados entre el miedo y la necesidad, ejecutaban actos que desafiaban no solo su habilidad, sino también su humanidad.
Bastian se mostraba inflexible. Durante un ensayo, un acróbata falló un truco, y Bastian lo enfrentó con una mirada helada.
—¿Eso es lo mejor que puedes hacer? —dijo con voz amenazante—. Si no puedes mantener el nivel, encontraré a alguien que sí pueda.
El acróbata asintió, pálido, y se apresuró a mejorar su actuación. Sin embargo, había una excepción a la dureza de Bastian. Luna, una joven de 25 años con una estatura diminuta de apenas 1.54, era su artista más desquiciada y a la vez, la más querida por él. Su carácter loco y su pequeña estatura le otorgaban una apariencia casi infantil, pero en el escenario, se transformaba en una fuerza de la naturaleza.
Luna, con su rostro adornado de pintura y su cuerpo ágil y fuerte, se movía con una gracia salvaje. Admiraba a Bastian profundamente, considerándolo no solo su jefe, sino una figura fraternal. Para ella, su aprobación era todo.
—Luna, ese último truco fue impresionante —dijo Bastian, con una sonrisa sincera—. Sigue así.
Luna sonrió ampliamente, su rostro iluminado por su admiración por Bastian.
—Gracias, Bastian. Prometo hacerlo aún mejor la próxima vez —respondió ella con entusiasmo, casi saltando de alegría.
La relación entre ellos contrastaba fuertemente con la forma en que Bastian trataba al resto del equipo. Con Luna, su dureza se desvanecía, revelando un lado protector y afectuoso.
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De vuelta en el bullicio de la ciudad, Laurel lidiaba con su agitada vida. La mañana había sido una serie de reuniones interminables y mensajes urgentes. La reciente alianza con Bastian significaba que debía mantener la comunicación fluida entre él y Maximiliano, lo que le exigía estar constantemente en alerta. Mientras caminaba hacia su siguiente reunión, sintió que alguien la seguía.
—¿Puedo acompañarte? —preguntó Castiel, apareciendo a su lado con una sonrisa amigable pero inquisitiva.
Laurel, sorprendida, frunció el ceño.
—Castiel, esto no es realmente necesario. Estoy bien, solo tengo algunas cosas que atender.
—Lo sé, pero parece que has estado muy ocupada últimamente. Además, me preocupo por ti. ¿Podemos hablar mientras caminas? —insistió él, claramente decidido a no aceptar un "no" por respuesta.
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Crimen en el Anillo: Mafia, Circo y el Baile con la Muerte
RandomEn las sombras de una ciudad envuelta en secretos y corrupción, la mafia controla los hilos del crimen, mientras que un circo aparentemente ordinario esconde un oscuro y siniestro espectáculo detrás de sus telones. En el corazón de esta intrincada r...