I】 Bentos 1/3

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Naruto Uzumaki era un niño que sin saberlo construía un camino de calidez y motivación hacia el corazón de Hinata Hyuga, una pequeña de 11 años, siguiendo un camino shinobi muy complejo que le llevaba a cohibirse en muchas ocasiones, sin embargo, era algo que había decidido desde mucho más joven. Además de que ciertos iris azules le animaban en gran parte cada nuevo día en la única academia ninja de la aldea de Konoha, por ello valía aún más la pena salir de sus acogedoras cobijas para esforzarse en mejorar su fuerza y habilidad.

Sin embargo, aunque ella se encontraba perdidamente enamorada de alguien tan amable como lo era Naruto, en realidad no dejaba de paralizarse en cuanto llegará a percibir su presencia, por lo que tenía constantes dudas acerca de si algún día sería capaz de siquiera hablarle a ese pequeño crush suyo.

Sin pensar mucho en la idea, ya que se negaba rotundamente a involucrar la realidad con sus sueños, Hinata creía completamente irreal el poder tener el valor para al menos ser más cercana a su compañero. Eso era así hasta que el día de San Valentín había preparado unos tradicionales chocolates que pensaba entregarle a aquel chico que le gustaba, así por dentro su consciencia estuviese a punto de perder la cordura en el proceso.

Había llegado temprano a su respectiva aula, sin haberlo visto antes sus manos ya tenían una capa notoria de sudor, eso realmente le vino peor a su ansiedad, ni hablar de cuando por fin divisó el cabello alborotado y rubio que tanta ternura le causaba.

En unos minutos más iniciaría la clase y así ella tendría alrededor de 3 horas para calmar su asustado corazón. En el tiempo que le quedaba desocupada decidió enfocarse en cualquier otra cosa que no le recordará la misión que se había propuesto. Así se quedó mirando fijamente un nido de pájaros que se alcanzaban a ver por la gran ventana a su derecha.

- Buenos días, niños. - La dulce voz del profesor Iruka resonó en el salón y así la mayoría, (menos el quinteto más problemático de la clase) le devolvió el saludo al moreno.

- Hoy en realidad es un día particular, quiero que aprovechen esta ocasión para recordarle a aquellos que aman cuán importantes son para ustedes. - A penas terminó la oración cuando diversos chillidos femeninos se escucharon alrededor, Hinata al escuchar como una chica hablaba de cuanto le gustaba el azabache más popular de la clase despertó, más específicamente despertó con ese "me gusta".

- Ejem, por ello en la clase de hoy haremos cartas para aquellos a quienes deseen recordarles cuanto los aman.

La azabache ignoró los comentarios emocionados de la clase y solo se enfocó en la voz del chico al lado del Uchiha.

- ¿A quién le importa este estúpido día? ¡Es incluso mejor su aburrida clase de matemáticas! - Y con esa afirmación la mente de Hinata solo pudo nublarse en decepción.

"Si a Naruto no le gusta este día, entonces ¿Por qué regalarle mis chocolates? Quizá solo se enfade conmigo..."

"¡Pero me lo prometí a mi misma! Sé que puedo..."

"No, no, no quisiera que me odiara, quizá aún no sea el momento"

"Yo en serio quisiera hacerlo..."

En aquel momento nada se dio, la Hyuga se fundió entre sus temores y pasó por alto aquella voz interior que la animaba a proseguir como ella en realidad deseaba. Estaba sentada en un banquito en medio del color anaranjado del atardecer, cuando por sorpresa el verde invadió su vista.

- ¿Por qué alguien estaría tan decaído en San Valentín? Si te rechazaron no te preocupes, solo tienes que decidir si vale la pena seguir luchando por ganar el cariño de la otra persona, ¡Lo vas a lograr con el poder de la juventud! Es lo que Gai Sensei diría. - Con una voz realmente vivaz un chico con unos ojos redondos le consolaba.

¡Ups! Pero mi amor no era para ti... (Sasuhina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora