Ligera atracción - marculi.

-1.

— Bariloche.— Dije entrecerrando mis ojos.

— Porto.— Me respondió él, sobrante como siempre.

— Bariloche.— Repetí.

— Brasil.— Elevó una ceja.

— No, no nos da el presupuesto.— Rodeé los ojos.

— Tenemos un año entero para pagarlo.— Me contestó.

— En ocho meses es el viaje, tontito.— Dije de forma irónica.

— En Brasil la vamos a pasar mejor tontita, hay minas hermosas, la joda está buenisima, playita, caipiriñas.— Siguió insistiendo mientras se frotaba las manos.

— No, Marcos, no hay tiempo ni plata para organizar un viaje a otro país, no seas terco.

— Vos sos la terca Julieta, no entendes que la vamos a pasar mejor ahí?.— suspiró.

— Bueno basta de pelearse, parecen dos nenes chiquitos.— Nos interrumpió Daniela.— Lo mejor es que hagamos votación entre las opciones que tenemos de viaje.

— Re si, quizás no es uno ni el otro y la mayor parte de nuestro curso elige otro destino, había escuchado Córdoba, Uruguay como opciones.— Se sumó Nacho.— No se olviden que no somos solo nosotros cinco los que elegimos, el curso completo tiene que decidir.

— Bueno.— Respondí ya rendida, era obvio que el resultado no iba a ser el que esperaba.

Me gire para verlo y me miraba victorioso, como que se había salido con la suya. Era obvio que muy pocos iban a acompañarme con la idea de hacer un viaje a otra provincia estando la opción de ir a Brasil.

Días después, en la reunión del curso, se presentaron todas las opciones. La sala estaba llena de estudiantes entusiasmados, algunos murmurando sobre las diferentes alternativas.

— Bien, vamos a hacer esto de manera organizada. —dijo el delegado del curso, thiago, intentando llamar la atención de todos—. Tenemos cuatro opciones: Bariloche, Porto Seguro en Brasil, Córdoba y Uruguay. Cada uno votará por una opción y al final contaremos los votos.

Marcos, sentado al fondo, no dejaba de sonreír. Sabía que muchos compartían su entusiasmo por Brasil. Yo, sin embargo, seguía esperando que al menos unos cuantos consideraran Bariloche como una buena opción.

— ¡Vamos a votar! —exclamó Daniela, sosteniendo unas hojas donde anotar los votos—. Primero, ¿quiénes quieren ir a Bariloche?

Levanté la mano, sintiendo que los segundos pasaban eternamente. Miré a mi alrededor y noté que solo unos pocos se unieron. Mis esperanzas disminuían.

—Ok, ¿Porto Seguro en Brasil? —preguntó Thiago.

Una oleada de manos se alzó inmediatamente, incluyendo a Marcos, que casi saltaba de su asiento de la emoción.

— Ahora Córdoba. —dijo Daniela.

Un número decente de manos se levantó, más de las que esperaba.

— Finalmente, Uruguay. —concluyó Thiago.

Solo unas pocas manos se levantaron, y la mayoría de los estudiantes comenzaron a murmurar, claramente enfocados en las dos opciones más populares.

— Muy bien, vamos a contar los votos y les informamos los resultados. —dijo Thiago.

Durante el conteo, me acerqué a Nacho, que estaba conversando con algunos amigos.

— ¿Qué crees? —le pregunté.

— No sé, Julieta. Creo que va a estar entre Brasil y Córdoba. —respondió, encogiéndose de hombros.