The art of love || Charles Leclerc

The hat and the wind

🤍Alex perspective🤍

Después de subir las escaleras juntos y hablar sobre temas triviales, finalmente llegamos a la habitación de Charles, que casualmente estaba en el mismo piso que la mía.

Al abrir la puerta Charles me invitó a pasar primero, ahora sí que cambió, ya no es el chico gruñón y sin paciencia que conocí en el ascensor, al pasar me dijo que me sentara en una de las sillas que estaban en el balcón mientras el buscaba una de las gorras.

Después de un rato buscándola, y escuchándolo maldecir en francés, por fin llega, trae una gorra roja de Ferrari, y un plumón para firmarlo.

—¿Quieres que le ponga algo? ¿Alguna dedicatoria?— pregunta Charles cuando se sienta enfrente mío.

—No sé, pon lo que tú quieras, es para mi padre, le encanta coleccionar firmas de los conductores. Tiene varias, pero la faltaba la tuya y la de tu compañero.— digo yo para así mirar hacia la calle.

—Está bien, y, si no es molestia. ¿Puedo preguntarte algo?— levanta la mirada de la gorra para verme a mi.

—Si, claro. ¿Qué pasa?— ahora lo miro yo a él esperando la pregunta.

—¿No eres de aquí cierto? Ósea, no es que no parezcas, pero en el ascensor te oí enviar una nota de voz en español.—

—Ahh, no, no soy de por aquí, soy mexicana, cuando tenía unos doce años mis padres me dijeron que nos mudaríamos a Italia, y de allí estudié idiomas, y vine aquí a Francia a terminar mis estudios.— terminé contándole la historia.

—¿Y que estudiaste? Si no es molestia saber.— dice el mirándome fijamente, interesado sobre el tema

—Estudié arte, y idiomas, así que aquí estoy de vacaciones durante esta semana hasta que empiece mi trabajo en Mónaco.— le comenté al piloto para luego sonreír.

—¿Vas a trabajar en Mónaco? Yo voy a Mónaco la semana que viene también, mira tú qué casualidad. Yo soy de Mónaco, toda mi vida y mi familia está allí.—dijo con cierto entusiasmo el monegasco.

Anteriormente había notado al monegasco triste, tenía los ojos llorosos mientras veía algo en su móvil, pero ahora no había rastro alguno de aquella persona que conocí, entre más hablábamos, más me daba cuenta que es una buena persona, y si mi pensamiento me falla, diría que hasta podríamos ser buenos amigos.

Charles se pasó la noche hablando conmigo, hasta que me di cuenta que ya eran las 1:37, ya era muy tarde, aunque al día siguiente no tenía nada importa que hacer, pero me gusta siempre levantarme temprano y salir a correr.

—Me ha encantado hablar contigo Charles pero me tengo que ir a dormir ya, mañana por la mañana voy a salir a correr temprano, muchas gracias por la gorra, y suerte en tus carreras— me despido ya estando en la puerta.

—Adiós Alexandra, suerte en tu nuevo trabajo, y espero que a tu padre le guste la gorra, me quedo debiendo la gorra firmada de Carlos.— se despide también.

Cierro la puerta an mis espaldas y me dirijo hacia mi habitación con cansancio, jamás había pensado que después de parecer tan seco y frío, sería muy amable conmigo, pero bueno.