Capitulo 01.

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Día 1

—Y ahora... —el sacerdote envolvió a la pareja con una cadena de rosas—, los declaro marido y mujer. Suguru, puedes besar a tu esposa.

Suguru solo giró la cabeza para mirarte con desdén por el rabillo del ojo, sin intención de besarte. Te aclaraste la garganta suavemente y fingiste una sonrisa.

—Vamos, Beto... Digo, Geto —le cambiaste el nombre a propósito—Que no te de pena, no muerdo —agregaste, fingiendo inocencia colocando los dedos de la mano en tu pecho mirando la parte superior del templo.

—¿Te parece esto gracioso? —respondió, con una voz baja y amenazadora.

—Graciosísimo —ampliaste la sonrisa—. Mira que vamos a ser una pareja malditamente infeliz.

—Tú eres, sin duda, malditamente insoportable.

—Ay, cariño —imitaste el tono de Edna Moda de "Los Increíbles"—, no te de pena. Bésame como a tus chicas francesas.

Una vena se marcó en su frente. Aunque era un hombre paciente, tu insolencia lo estaba desesperando.

—¿Acaso quieres morir?

—Por ti, me cortaría las venas con una galleta.

El sacerdote tuvo que morderse la lengua para reprimir una carcajada.

—¿Van a besarse, sí o no?

—Antes preferiría besar a Satoru.

—Igual yo —comentaste—. Es todo un bombón.

Suguru inhaló con fuerza, apretando los puños. Las venas de sus brazos también saltaron a la vista. Desde el primer momento en que te presentó, nunca tomaste las cosas en serio. Cada vez que él decía algo, tú respondías con algún chiste.

Suguru cerró los ojos, adoptando una postura erguida y calmada, y giró sobre sus talones, saliendo del lugar y dejándote atrás. No hubo invitados, a excepción de su familia y la tuya. Bajó las escaleras y entró en la limusina, deslizándose hasta la ventana.

Te acercaste a tus padres, miembros de la alta sociedad, quienes buscaban ampliar su imperio de bienes raíces en Japón. Después de la batalla contra Yuta Okkotsu, Suguru logró salir de aquel lugar gracias a ti, quien siempre te metías en situaciones inesperadas. Ese día, te perdiste en las afueras de Tokio y llegaste, por increíble que parezca, al lugar de la batalla. Inicialmente, Suguru se mostró frío contigo y tu familia después de que lograron salvarle la vida, pero cuando descubrió que heredarías el imperio de tus padres, ideó un plan para casarse contigo y no tener que reunir dinero a escondidas.

Tú, su joven esposa de cabello ____, ojos ____, piel ____, pero de estatura baja, te despediste de tu familia. Al llegar al último escalón, giraste y encontraste a la familia de Suguru mirándote con arrogancia. Manami Suda, secretaria del líder de la secta, estaba molesta, porque secretamente amaba a Suguru y tú, un insignificante "mono", lograste casarte con él. ¡Una desgracia!

Notaste el malestar de la familia de Suguru y les dirigiste una mirada, juntando los tres dedos más largos de tu mano derecha para acercarlos a tus labios. Luego, extendiste tu brazo imitando el saludo del Distrito 12 de "Los Juegos del Hambre".

—¿¡Qué rayos está haciendo!? —exclamó indignada Manami.

—Es un saludo de revuelta —contestó Miguel.

—¿Eh? Me sorprende que sepas esas cosas —dijo Nanako.

—Vengo de lugares donde nos ven como marginados.

—...Claro...

Subiste al vehículo y descubriste a Suguru bebiendo champán.

—No creo que estés celebrando —comentaste burlona.

El chofer encendió el auto para llevarlos a su nuevo hogar, donde convivirían a partir de ahora.

—No te confundas. Bebo porque lo encuentro... exquisito —respondió con arrogancia.

—Podría ponerle algo —dijiste desinteresadamente.

—Y yo podría destruirte si quisiese —te amenazó, mirándote a través de la copa—. Salud, por la increíble fortuna que ahora me pertenece —agregó, sonriendo con malicia.

—Salud —levantaste la copa haciendo el brindis—. Por aceptar este matrimonio —añadiste, bebiendo con indiferencia.

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N.A:/ ¡Hola! 

Esta es una historia que se me ocurrió mientras chateaba con un bot de Suguru Geto. 

Tendrá humor y drama.

INFELIZ MATRIMONIO. [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora