Día 04 (9:00 p.m)
La hábil jugada de Suguru hizo que tu cerebro dejara de funcionar.
Abriste los ojos de par en par saliéndose de sus órbitas sintiendo los labios húmedos y suaves tocando los tuyos de una manera sutil a pesar de que él no lo estaba gozando.
«Tener que besar a un mono». Fue el primer pensamiento de Suguru.
Para él solo eres un instrumento, un medio para lograr sus fines, nada más. Sin embargo, ese beso se sintió muy íntimo dejándote sin aliento. La presión de sus bocas era cada vez más aplastante, no te dejaba hablar, ni tomar un respiro. Parecía ansioso y todo era culpa tuya. Se le escapaba de las manos unas jugosas cuentas bancarias por tus inseguridades. Deslizó una mano a tu nuca manteniéndote quieta y levantó tu mentón con el dedo índice para profundizarlo.
Tus labios no se movían, seguías en trance sin poder responder.
¿En serio te estaba besando? Tu mente repetía la misma pregunta una y otra vez. No podías pensar, salvo en sus labios suaves y tibios. Y, como si tu subconsciente te obligara a reaccionar, un fugaz recuerdo vino a tu mente; en el que Suguru mencionó que iría por tu fortuna.
De pronto caíste en cuenta que solo te estaba manipulando y lo apartaste rompiendo el beso inmediatamente.
Jadeabas con mucha dificultad, mirándolo con el entrecejo levemente fruncido. Tus ojos destellaban un brillo de rabia y frustración. Ahora lo entendías todo.
—¿Por qué me apar... —Es interrumpido abruptamente cuando arrojas el vino que tomaste de una de las copas del mozo que se acercó a ustedes para arrojarle en la cara.
Por un instante, una rabia cegadora borra todos los pensamientos mientras el vino cae en cascada sobre el rostro de Suguru. Cierra los ojos sintiendo el líquido impregnado en su rostro. No puede creerlo.
¡La insolencia de esta chica tonta no tiene límites!
Sus manos se cierran fuertemente hasta sangrar, sediento por sentir su sangre. Pero no. No allí, delante de testigos.
Suguru respira lenta y deliberadamente, controlando su furia. Luego, dirigiéndote la mirada con una sonrisa escalofriante, responde en voz baja:
—Cruzaste la raya, monita. —Se limpia el vino y se acerca para susurrar al oído, atrayéndote del brazo sin llegar a ser brusco—. Pero ten por seguro que cuando volvamos a casa... disfrutaré enseñándote el respeto apropiado, de la manera que crea conveniente.
Geto se endereza y recupera su apariencia de calma. Sus ojos brillan con el tormento prometido antes de darse la vuelta y alejarse para limpiarse en el baño, dejándote reflexionando sobre la oscuridad que se avecina.
El juego está en marcha y el jaque mate es inevitable. Tu insolencia no quedará impune por mucho tiempo.
Tu actitud vaciló al verlo retirarse, respirabas agitada y necesitaste de un trago de ese vino para calmar los nervios.
—¿Qué hice? —Murmuras, tocándote la frente dejando escapar un tembloroso suspiro. Frunciste los labios, tenías una mano en la cintura, miraste hacia los hombres por los que iba tu esposo y ellos seguían sumergidos en su plática.
Tus manos temblaban, debió ser un recuerdo hermoso, pero lo arruinaste porque tu inconsciente te recordó a lo que Geto está jugando. Lo había mencionado en la boda. Iba tras tu fortuna, no lo hizo porque tuviera afecto por ti. Eso no va con él.
Levantas la copa bebiendo todo su contenido. El vino es muy añejo por lo que el alcohol es demasiado fuerte. Peinas tu cabello con los dedos aun nerviosa y le robas al mozo otra copa de vino. Vas a necesitarlo porque él ya está de regreso y no está feliz.
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INFELIZ MATRIMONIO. [#PGP2024]
FanfictionDespués de la batalla contra Yuta Okkotsu, Suguru Geto fue salvado, increíblemente, por una persona no hechicera que se convertiría en su esposa: tú. Esta es la historia de un matrimonio concertado con el criminal de guerra más buscado de Jujutsu K...