Capitulo 09.

345 33 27
                                    

Día 04 (8:45 p.m.)

Tragaste con fuerza al verlo frente a ti.

Podías escuchar a tu corazón retumbando los oídos mientras él te escrutaba de la cabeza a los pies, deteniéndose en ciertas partes de tu cuerpo sin poder evitarlo.

Tu piel se erizó haciéndote sentir vulnerable a esos ojos ligeramente oscurecidos.

El silencio se hizo cada vez más incómodo. No podías imaginar qué cosas estaban pasando por su cabeza. Nunca se mostró así hasta ahora.

Los nervios te traicionaron, tus labios temblaron ligeramente tratando de controlarte, pero tenerlo frente a ti era una tortura.

Ningún hombre llegaba a sus talones, al menos, no recordabas a nadie que estuviese a su altura, y una pizca de orgullo invadió tu ser.

Suguru lucía tan atractivo con esmoquin. Sus largas piernas estaban hechas para trajes como este y el saco amplió sus hombros al igual que la espalda.

No querías ni imaginar cómo se veía solo con la camisa ajustando ligeramente su tonificado torso y, sin querer, tus ojos fueron a su largo y robusto cuello. El primer botón suelto dejó ver la clavícula y frunciste los labios embriagándote por su cercanía.

«¿Qué se sentirá...?», pensaste sin querer y lo reprimiste de inmediato.

Geto te dijo que lo respetaras hasta con el pensamiento, pero estar cerca de un hombre así y casada, no era cosa fácil, ni para cualquier mujer.

Al pensar en esa la posibilidad de que él pueda estar con otra o tal vez enamorarse, no pudiste evitar sentir una punzada de celos.

Te mortificabas por cosas que no sucedían y a veces tu mente se esforzaba por estresarte imaginando situaciones que pasaban.

«¿Y si se enamora de una hechicera?»

El miedo se apoderó de ti. Hasta ahora no pensaste en esa posibilidad, pero... ¿realmente es capaz enamorarse de una mujer?

¡Claro que podía! Para él tu solo eras un "repugnante mono" y tener una poderosa hechicera era cientos de veces mejor que estar contigo.

Con Suguru te sientes completa. Por alguna razón su personalidad te atraía al igual que su voz y lo elocuente que es.

Te atrae como un imán y eres incapaz de dejar de mirarlo cuando tienes su atención.

En el fondo, siempre pensaste que él es un hombre apasionado. Quizá quieres creer eso para alimentar las esperanzas que albergabas de que algún día se fije en ti.

Pensar en eso hizo que tu corazón martilleara hasta las entrañas, volviste a tragar con fuerza y tus ojos recorrieron sus anchos hombros.

Él notó tu mirada y, para complicar las cosas, apoyó el antebrazo en el marco de la puerta por arriba de su cabeza.

Su pose te intimidó aún más. Comenzaste a creer que lo hacía a propósito, ya que, todos sus movimientos estaban calculados y te obligaste apartar la mirada.

—¿Qué sucede? ¿Soy tan apuesto que es insoportable de ver? —dijo, con un tono condescendiente sonriendo de forma burlona, mirándote con arrogancia—. Mi querida (T/N) —se acercó para coger tu barbilla, sujetándola entre los dedos y obligarte a mirarlo. No podías reaccionar, tu corazón palpitaba aceleradamente y jadeaste cuando él se inclinó un poco hacia ti—, parece que soy tu debilidad. Que interesante —susurró, con un tono de bajo y peligroso.

Nuevamente miró tus labios y levantó más la barbilla para mover tu cabeza de lado a lado sin dejar de examinarte. Su expresión cambió a desagrado y te soltó dando un paso atrás para buscar el desinfectante en los bolsillos y aplicarlo en la mano.

INFELIZ MATRIMONIO. [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora