Capítulo 5.

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Merle

Tenía solo un día para pensar el lugar perfecto para llevar a Odile.

Oh Odile.

La linda chica del bar. Solo tenía en mi mente su linda cara, su cuerpo, las veces que me había retado y las que me había defendido de sus estúpidos compañeros y de mi mismo.

Todo se sentía bien con ella.

Parecía una mala broma que alguien como ella podría estar con alguien como yo.

Sacudí mi cabeza, alejando esos pensamientos de mi mente.

Ella no era como los demás.

Pero crecer en una familia como la mía tenía consecuencias, así que en mi mente se repetía que algo tan bueno como esto no lo merecía.

Will no fue un buen padre, ni siquiera podría llamarlo padre. Nunca lo fue, solo fue la persona que dió el esperma para mí madre. Aquella estúpida que murió quemada por fumar en la cama, dejándonos con Will. Dejándonos con un monstruo.

Volví a la realidad cuando ví llegar a Daryl en la vieja camioneta.

—Hermanita, ¿Cómo te fue con los clientes?— sonreí mientras me acercaba.

—Bien.— se limitó a decir.

—Hey, necesito que me contactes con el idiota que nos quedó a deber la vez pasada— Daryl me miró interrogativo.

—Le cobrarás— afirmó.

Negué con la cabeza. —No. Me cobraré el favor de otra manera— creo que ya tenía una idea para matar dos pájaros de un tiro.

—Sigue viviendo en el mismo lugar, dale una visita. Tengo cosas que hacer— Daryl se encogió de hombros y entro a la casa.

Claro que lo haría yo mismo. Prendí la moto y salí directamente a la casa de ese idiota.

Al llegar toque un par de veces, necesitaba esto urgente.

—Ya oí, ¡ya voy!— grito un poco más fuerte.

Al abrir la puerta el hijo de perra se arrepintió.

—Pero si es Tony, ¿Qué pasa?, ¿no me vas a dejar entrar?—trato de cerrarme la puerta en la cara. Fui más rápido metiendo mi pie entre la puerta. —Quieto idiota.

—Merle, aún no reúno el dinero— dijo agitado.

—Ya lo sé, idiota. Necesito un favor— dejo de empujar la puerta dejando mi pie libre.

—¿Un favor?— rodé los ojos.

—Acaso eres sordo, si un favor. Me olvidare de tu deuda si haces lo que te pido— sonreí.

—¿Qué es lo que quieres?— preguntó temeroso.

—¿Aún trabajas en el mismo lugar?...

Cameron

Era hoy la salida que tenía con Merle, estaba un poco nerviosa. Jamás había salido con un hombre y de alguna manera salir con alguien como Merle me hacía tener los pelos de punta.

¿Cómo alguien como yo?, podría salir con el alguien como él. Parecíamos de dos mundos distintos, él conocía más el mundo, mientras que yo me la pase toda la vida en mi casa sirviendo a mis padres.

Estaba nula de experiencia... Sacudí la cabeza, esto no me iba a poner mal, Merle era alguien bueno.

Un poco aturdida con mis pensamientos termine de arreglarme.

Nadie como tú |Merle Dixon| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora