En el patio del fondo de mi casa,
continúa nuestro ritual de hermandad
en las amables noches de verano:Miles de latas en el pasto,
anécdotas desenfrenadas,
risas absurdamente vulgares,
música enérgica,
paz que silencia a la perpetua andada
y me recuerda la fortuna del presente.Reflexiones de cómo ser mejores,
aprender a soltar y a crecer,
sin olvidar lo que uno fue, es y será.Nada falta cuando veo a mi hermano
de otro barrio, su visita continúa acompañándome
a pesar de nuestra pobre frecuencia de cruces.
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Libertad de mis voces (Poemario finalizado)
PoesíaSimplemente, un pequeño poemario que trata de todo lo que enfrentamos en nuestro día a día.