Inocente viaje a Buenos Aires

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Hoy continúo en mi perpetua andada,
la típica y rutinaria cruzada,
soportar a la triste multitud
es para mí, audaz dicha virtud.

Edificios, solitarios inertes
abrazados entre las nieblas fuertes,
jamás dejan de contemplar el cielo,
reino de la libertad que recelo.

Recibo con mucha facilidad
la trompada de la realidad.
Yo nunca voy hacia donde deseo ir,
salvo cuando me seduce dormir.

Nunca logro lo que trato expresar,
emprendo lo que no puedo alcanzar.
¿Será que estoy ciego y todo es visible?
¡Bancárselas solo todo es increíble!

Libertad de mis voces (Poemario finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora