Miradas

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Abro paso entre el silencio de las praderas urbanas,
donde las calles son asfaltadas por la propia luz
que ciega al pobre ingenuo en su desdicha.

Las llamas no son lo único
que se apagan en esta cripta,
embajada de mi arcana aflicción.

Si no hay oídos compañeros,
será posible el derrame de mi mirada
escarlata que protejo ante testigos distantes.

No quiero quejas por la ausencia de mi voz,
pues soy tan solo un espectador de las estrellas
que brillan con libertad mientras me refugio en mi corazón,
preso del anhelo eterno, que yace en la ausencia del sol,
por aquel insensato sueño reprimido.

Libertad de mis voces (Poemario finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora