Harapiento el cuerpo mío de espera,
ya es ahora un desolado esqueleto
que por el silencio se desespera,
petrificándose al fin incompleto.Yo solo deseo ser comprendido,
poder encontrar las ansiadas luces
que deparan en días del olvido,
semejantes a estrellas agridulces.Me rodean abundantes ausencias
que señalan prosperidad ajena,
y suman cada una de mis carencias
que hacen a la nostalgia mía eterna.Siempre con el ritmo soñaba jugar,
hablo del arte de las melodías,
compartirlo con otros y disfrutar
de una lluvia abundante de alegrías.Un amable diluvio al que refiero
y nunca se me oxida en la memoria.
Compa, me aflijo, aunque eso no lo quiero,
porque imaginación es dicha gloria.Quedan escasas ganas y más viaje
en soporíferos barrios que veo.
respiro y sigo, entre vago lenguaje,
sin abandonar aún lo que creo.
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Libertad de mis voces (Poemario finalizado)
PoesíaSimplemente, un pequeño poemario que trata de todo lo que enfrentamos en nuestro día a día.