Bien, los planes cambiaron.
Estaba bien, Anthony J. Crowley era un experto en la improvisación, no lograrían desanimarlo tan fácilmente. Podía ser su intento número 9 cazando a Aziraphale durante la semana, pero definitivamente lo lograría esta vez.
Tomó el libro de hechizos que había prestado (sin permiso) de su hermano y cruzó corriendo el gran comedor, atropellando a todo aquel que osaba meterse en su camino, lanzando gruñidos al aire con la intención de seguir a su objetivo.
El niño era más difícil de capturar de lo que imaginaba.
Pasaron los días desde el inicio de clases, e incluso el pobre pelirrojo tomó un respiro de sus planes por la necesidad de conocer mejor el castillo y no acumular llegadas tardías en cada materia que tomaba. Ayudó un poco que sólo coincidiera con Aziraphale en dos optativas que no le entusiasmaban demasiado, pero que servían para mantener un ojo sobre su enemigo.Llegaba a considerarlo menos molesto los días raros en que no lo veía, aunque su ira todavía estaba latente. En especial cuando cada profesor parecía ensalzar los conocimientos del rubio frente a toda la clase, haciendo que respondiera preguntas difíciles que nadie más conocía sobre historia de la magia o magizoología.
Ahora que su rutina estaba casi establecida era cuando su necesidad de alzar su apellido por encima del estirado rubio florecía en sus macabros planes. Necesitaba demostrar que él era mejor, y que nadie podía meterse con un Crowley sin salir manchado.Lo empezó a tomar personal cuando cada jugarreta planificada al detalle, de una u otra forma nunca terminaban como quería. Aziraphale podía pasear por el castillo con la nariz siempre metida en un libro, pero no caer en ninguna de sus trampas de forma casi milagrosa.
El martes, por ejemplo, la bomba fétida lanzada con su infalible resortera en dirección a la mochila del rubio casi pareció cambiar de curso mágicamente cuando Aziraphale se inclino para recoger una pluma del suelo y terminó impactando en otro estudiante; que desafortunadamente fue ingresado en la enfermería por vómitos incontrolables al recibir el golpe de la pequeña broma directamente en su boca. Afortunadamente, logró salir impune de la travesura sin testigos que lo delataran.
Esta mañana, durante la vigilancia de Crowley, el Angel fue levantado de su asiento y arrastrado del brazo por un prefecto de Gryffindor, sin oportunidad de tocar el postre hechizado frente a él; y esto dio lugar a que el compañero de al lado quisiera darse un gusto extra de pasteles antes de ir a clases. Un desdichado Hafflepuff ahora lucía todo el relleno de cerezas explotado en la cara, arruinando la perfecta venganza del Slytherin, pero ofreciendo risas a los demás estudiantes que lo vieron. Incluyendo a un curioso pelirrojo que observó como su hermanito abandonaba el salón con prisas.
Aziraphale no parecía cómodo siguiendo el paso del mayor, pero no protestaba como cualquiera lo haría; más bien parecía resignado, y eso despertó la curiosidad de Anthony. No sabía quién era el otro estudiante, pero era raro que actuara con tanta confianza como para arrastrar a un niño sin ninguna explicación. ¿Quizás era otro enemigo? Lo parecía por el evidente regaño que iba vociferando por los pasillos.
—Eres bastante mayor para esto, no deberías hacerme perder el tiempo con éstas tonterías. —Eran algunas de las frases que alcanzaba a oír.
Algo que había aprendido en sus acechos, es que Aziraphale no hablaba con nadie, siempre estaba solo en sus clases o en la biblioteca. A veces lo veía interactuar con quienes compartía la comida ofreciendo sonrisas amables, pero no parecía estrechar ninguna amistad con otros niños de su edad, menos con estudiantes de otras casas. Era bastante reservado y tranquilo. Entonces, ¿Quién era este idiota? ¿Y por qué le hablaba así?
Un pequeño sentimiento de posesión zumbó al fondo de su mente, Crowley debía ser el único némesis del Angel, ya no sólo por la enemistad entre sus familias o por la ofensa anterior, sino porque lo merecía luego de tantos días de trabajo y noches sin descanso planificando una venganza que aún no daba sus frutos.
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Magia Inefable
RomanceAmbientado en el universo de Harry Potter Crowley y Aziraphale asisten al colegio Hogwarts de magia y hechicería.