(N/A: Raphael en portada 🤍)
El segundo lugar favorito de Aziraphale era la biblioteca de Hogwarts, una competencia importante para la biblioteca de su propia mansión familiar, y que ganaba por el simple hecho de permitirle la entrada y dejar que se llevara los libros a la cama. Además de estar abierta desde tempranas horas y hasta el anochecer para todos los estudiantes, sin importar su edad.
Amaba el olor a pergamino viejo y páginas nuevas, los infinitos estantes con su iluminación decadente y el olor a cera derretida. Actualmente, su maratón de lectura apenas llegaba al segundo estante empezando por la derecha desde el pasillo A, y cada una de las piezas que había leído eran extraordinarias. Astronomía definitivamente era su favorita y no podía esperar a tomar las clases optativas sus siguientes años, junto con Adivinación.
Pasaba la mayoría de sus días ahí, navegando entre páginas y descubriendo nuevos hechizos e historias con frecuencia.
La distraída bibliotecaria, por otro lado, no era su persona favorita. Era una vergüenza que no conociera de memoria las existencias de los libros. Por eso el pequeño rubio ni siquiera se molestó en preguntarle por la sección de criaturas mágicas y simplemente paseó por los estantes leyendo los tomos.
Le llevó algo de tiempo, pero al fin pareció encontrar lo que buscaba cuando el cuero fue reemplazado por pelaje. Un extraño y grueso encuadernado se identificaba como el "Monstruoso Libro de los Monstruos" y definitivamente contenía las respuestas que necesitaba.
Aziraphale acercó una silla con cuidado, sólo para bajarlo del estante. Subió y estiró el brazo todo lo que podía para alcanzarlo. Sus dedos lo rozaron y juró sentir el estruendo de un gruñido cuando los pelos cosquillearon al contacto de sus yemas.
—¡Oye, espera! —El grito detuvo a Aziraphale, quien observó por el pasillo a un joven Ravenclaw que se aproximaba hacia él. Con las manos extendidas como si quisiera bajarlo de la silla y al mismo tiempo evitar que se cayera.
Aziraphale lo reconoció, no era otro que Raphael Crowley, heredero y hermano mayor de Anthony J. Crowley. Era el mismo muchacho que recordaba de la tienda de varitas del señor Ollivander y del episodio en la lechucería, cuando lo defendió del ataque de ira de su hermano pequeño.
Extendió una sonrisa tímida, y poco a poco bajó sus brazos para dejar una pose semi-digna ante una celebridad del colegio. Pues incluso él, que no era el estudiante más sociable, había escuchado las historias de admiración sobre Raphael de sus demás compañeros.
Hasta su hermano Gabriel lo elogiaba a veces, sabiendo que ambos coincidían en algunas materias y lo había escuchado una noche hablando con Michael sobre un hechizo que el Crowley mayor había inventado, que al parecer hacía que el tiempo fuera más lento sobre algún objeto o persona específico.
Sus hermanos obviamente se lamentaban de no haber pensado en hacer algo como eso antes.
—¿Puedes bajar? ¿Necesitas ayuda? —Dijo el mayor, lo suficientemente cerca como para rozar la tela de sus pantalones con sus manos aún extendidas.
—Oh, quería bajar el libro de los monstruos.
—No te recomiendo tocarlo así, sinceramente. Creo que se enfadaría y te haría caer.
—Um... —El rubio miró hacia la peluda cubierta con sospecha; y quizás fuera su imaginación, pero le pareció que todo su pelaje se erizaba como la cola de un gato en alerta.
—Yo lo alcanzaré por ti, ¿Sí? Sólo tienes que bajar con cuidado. —La mano del pelirrojo permaneció con la palma hacia arriba esperando que Aziraphale se apoyara en él, y así lo hizo cuando decidió bajar lentamente a la seguridad del suelo.
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Magia Inefable
RomanceAmbientado en el universo de Harry Potter Crowley y Aziraphale asisten al colegio Hogwarts de magia y hechicería.