so long, london » lando norris.

dos; pulled him in tighter.

so long, london

taylor swift

0:36 ━❍──────── 4:22

« pulled him in tighter each time he was drifting away. »

« lo arrastraba con más fuerza cada vez que se alejaba. »

capítulo dos | pulled him in tighter.

5 de mayo de 2024.

miami, estados unidos.

rue. 

La forma en la que sus ojos me buscaron apenas se acercó al equipo me puso la piel de gallina. Esa mirada expresaba tanto sentimiento que me llenó el pecho de ilusión y logré ver al chico del que me enamoré ser él de vuelta.

Sus brazos me rodearon apenas me encontró en la multitud y susurró algunas palabras que no llegué a entender del todo, pero el "te amo", con su voz temblorosa y el beso con ruido que dejó en mi mejilla hicieron que mi corazón se derritiera de amor en un par de segundos.

Solo atiné a regalarle la sonrisa más honesta de mi catálogo de sonrisas y un beso en los labios antes de subir al podio.

Me sentí la mujer más afortunada del mundo cuando se dedicó a mirarme todo el tiempo que estuvo allí arriba. Y es que tenía más que claro todo lo que sufrió para llegar a donde está. Se me vino el recuerdo doloroso de todas esas noches de llanto en las que creía que no era suficiente, en las que era más fácil dejarlo todo que seguir intentando.

Modulé un pequeño "lo hiciste" al que respondió con una gran sonrisa y un guiño. Y me sentí la persona más feliz del mundo cuando descorchó el champagne y festejó como si su vida dependiera de ello.

Deseé con todas mis fuerzas que ese momento fuera eterno, porque después de tanto tiempo volví a ver al Lando del que me enamoré, ese que hacía todo lo que estaba a su alcance para sacarme una sonrisa, el que me buscaba después de cada carrera, en cada podio, esperando que le dijera "lo hiciste" porque lo ponía muy feliz.

―Está buscándote. ―murmura Andy, la chica encargada de las redes sociales, cuando pasa por mi derecha. Me regala una sonrisa contagiosa y entonces me encamino hacia la salida del podio, donde mi novio está siendo abrazado por un montón de gente que, estoy segura, no conoce, pero sólo levanta su mirada buscando a alguien.

Y ese alguien soy yo. Porque apenas me ve, sonríe como si su vida dependiera de ello y se aleja de todos los que lo rodean, para caminar hacia mi con sus brazos abiertos y apretarme entre ellos.

No puedo negarlo: es el abrazo más bonito que me ha dado.

―Lo hice... ―susurra en mi oído mientras yo acaricio su espalda. Me separo un poco y tomo su cara entre mis manos, apoyando mis palmas en sus mejillas, para mirarlo con atención. ―Lo hice por ti.