AQUILES Y LORENZO

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                    CAPÍTULO DOCE 

               CHARLOTTE MORGAN

— ¿!QUE HIZO, QUE COSA!?— grita Bruces levantandose de la tumbona, haciendo que lo mire con reproche pero divertida .

— ¿Siempre que te cuente algo, vas a gritar asi.? — suelta una risita y se encoje de hombros mirándome por encima de sus gafas de sol.

— Me declaro culpable a partir de ya. — niego riendo y le doy un sorbo a mi limonada.

Estamos tomando sol en la piscina de la casa. Porque decidimos no trabajar hoy.

La suerte de ser tu propio jefe. Guiño guiño

— Hablando en serio— Vuelve a recostarse acomodando sus lentes. — ¿Que pasará con el?

— Lo que le pasa es que es un idiota  Bruces .—Ruedo los ojos resoplando

— Bueno, algún defecto tendría que tener florecita — se inclina hacia la mesita y toma un cigarro enciéndolo.— perfecto solo Dios.

— Si, ya lo sé — bufo volviendo a beber mi jugo— Pero su defecto no podía ser tener una mano más grande que la otro o ser calvo — mi amigo se ríe — Noo. Porpuesto que no. — niego con exageración — señor, tenía que ser un traumado  y de paso bipolar .

— Que te puedo decir. Así es la vida. —Me pasa el cigarro y le doy una inhalada — ¿Que le habra pasado verdad? — comenta interesado mientras yo exhaló el humo hacia arriba.

—Lo más probable es que le hayan sido infiel — Me encojo de hombros — la pregunta es ¿ Quién sería esa idiota que no supo valorarlo? Porque yo con un hombre como ese no miraría no para los lados.— suspiró mirando hacia la piscina y mi amigo se carcajea quitándome el cigarro.

— Ya seríamos dos querida

— Es que me da rabia — me quejo cruzándome de brazos y mi amigo solo me mira con una sonrisa divertida — Está bueno, besa delicioso lo hace como los dioses y me encanta !joder! Me fascina — paso la manos por mi cara exasperada — Pero si cada vez que tengamos sexo se va poner así voy a tener que parar todo— Bruces asiente compresivo.

— Tienes razón cielo — concuerda suspirando — Las cosas cuando son asi, es mejor pararlas a tiempo.

— ¡¡Pero el me vuelve loca!!— chillo cerrando los ojos y golpeandome la cabeza con el descanso de la silla al mismo tiempo que muerdo mis labios contendiendo la risita estúpida que quiere salir.

—¡¡Pues entonces, aguanta la pela y vive con tu karma!! _ me dice de igual forma.

— Si, eso es lo que voy hacer, — me converso yo mismo — yo puedo con eso.— suspiró tomando nuevamente mi vaso de limonada — después de todo solo será hasta que está atracción se acabe.

— O hasta que te enamores, te rompa el corazón y termines al otro lado del mundo queriendo olvidarlo — dice de forma dramática. Y yo me ahogo con el jugo y termino escupiéndo mientras lo miro con los ojos como platos.

— No está en las reglas del juego enamorarse, Bruces — le dijo con la respiración agitada

— ¿Y desde cuándo el corazón sigue reglas florecita?.— me quedo callada mirándolo sin saber que decir.

¡MIERDA!

El tiene razón, debo proteger mi corazón si quiero salir ileza de este juego.

¡Si señor!

Después de todo él me gusta mucho y por hay,  siempre empieza todo.

Aunque mi difunta abuela que en paz descanse solía decir que para saber si teníamos un corazón teníamos que dejar que alguien nos lo rompiera, después de todo era mejor tener la piel llena de cicatrices por valiente que intacta por cobarde.

CONOCIENDO A DECLARK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora