TODO ACABO.

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          CAPÍTULO VEINTICINCO
           CHARLOTTE MORGAN

Unos pasos acercándose con cautela hacia donde estoy me hace abrir los ojos y mirar a mi alrededor un poco desorientada.

Limpio mis ojos y bostezo mirando hacia donde provienen el ruido muevo un poco mi cuello para aliviar el dolorcito que me atraviesa de pronto y entonces caigo en cuenta que todavía estoy en el la terraza de la casa de Declark justo donde me quedé dormida.

¡Joder!

Deben haber pasado varias horas pero no las suficientes para el amanecer.

— ¿O soy demasiado ruidoso o tú tienes el sueño ligero?  — habla Willian haciéndome reír — lo siento no quise despertarte. — sonríe apenado y yo suspiró sentándome de lado para prestarle atención.

— Tranquilo, — llevo unos mechones de cabello detrás de mi oreja —no estába dormida del todo.

Sonríe acercándose.

— Usted, si que sabe esconderse señorita.— es mi turnos de sentirme apenada — llevamos dos horas buscándola por todo la casa.

— Lo siento , Willian — me disculpo tímida — no sabía que me estaba buscando.

— Estamos— me corrije pasando frente a la piscina al mismo tiempo que yo aprovecho y le dio un vistazo.
Lleva puesta una pijama de rayas y en sus manos lo que parecen un par de cobijas— El señor empezó a buscarla también cuando se dio cuenta que no estaba en el primer piso.

Suspiró siento como empieza a llegar la melancolíca tras escuchar sobre el.

— Que pena,— desvío la mirada hacia el frente — no quería molestar a nadie.

— Lo que usted menos hace es molestar señorita.— se acerca y pone las cobijas a un lado del sofá donde estoy sentada.— supongo que sí le digo que hay más habitaciones no va querer moverse de aquí, así que le traje con que arroparse y mi esposa me dio una de sus pijamas no son las mas caras pero son mejor que dormir con ese vestido.— me muestra una pijama de seda de color azul algo grande y de señora mayor .

Sonrió y la tomo agradecida.

—Gracias Willian. No tenías que molestarte y  por favor dime Charlie.— sonrió y tomo la pijama.

— No creo que a mí jefe le guste la idea — expone rascándose la nuca.

— No creo que le importe mucho.— sonrió triste oliendo el olor a nuevo del vestido en mis manos

— Si le importa. Señorita — lo miro con reproche por no llamarme Charlie pero el me ignora — créame que lo hace y bastante.

— No lo creo. — respondo distraída pasando una mano por la suave tela y jugando con el pequeño bordado del escote obligando al mismo tiempo a mí corazón a no hacerse más ilusiones.

— Crealo— afirma sonriendo mientras yo me levanto — se lo digo yo que lo he visto sonreír mientras la mira y usted no se da cuenta, yo que lo escuché pedirle a un amigo que le enseñará palabras en ruso porque queria impresionarla yo que lo conozco desde hace mucho y nunca lo había visto tan feliz como lo he visto desde que usted llegó. Lo hace perder la paciencia Si, pero también lo hace feliz y eso es algo de lo que solo yo no me he dado cuenta.

Mi estúpido corazón ignora las advertencia de no ilusionarse y lo hace con fuerza latiendo desesperado.

No puede ser Charlotte.. una palabra, unas palabras y ya tú estás viendo corazones en todo lados.

Medicate chica.

—¿Porque me dice todo esto Willian ?— pregunto intentando que no se note lo mucho que me ilusionaron sus palabras caminando hacia la piscina con luces azules que le da un toque magico gracias a la poca luz que hay en el lugar.— ¿Que sigue? — lo miro mordiendome el labio interior.—Va a decirme  que soy la chica que llego a derretir los muros de hielo de ese glaciar.. por si es así no voy a creerle Declark dejo bien claro que no siente nada por mi que no sea más que atracción sexual— sonrió triste.

CONOCIENDO A DECLARK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora