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POV Esteban

No tenía idea de cómo pude llegar a ser tan impulsivo, pero lo fui y ahí estaba, en ese bar de mala muerte rodeado de gente que lo más seguro era que fuese de mi edad, pero parecía más joven, o yo parecía mucho más viejo, o así me sentía.

La música del lugar me era ajena, me había criado en salas de música clásica y pianos, ni siquiera en la adolescencia tuve acceso a algo como lo que oía esa noche, y no justamente porque no lo quisiera.
Estaba muy mareado, no recordaba cuantos tragos había bebido, ni sabia que hora era, me había sacado el reloj para entrar a ese barrio.

Me pregunté a mi mismo que hacía, que esperaba encontrar, porque me ponía en riesgo por un don nadie y la respuesta fue la misma para todas mis preguntas: el impulso.

el impulso me había obligado a declinar una cena con mis amigos intimos, me había subido al auto y me había llevado a emborracharme solo en un lugar desconocido.

el impulso me había llevado hasta él.

Sabía todo de él con la facilidad del psicópata.
sabía que su nombre era Francisco y que había empezado a trabajar hacía muy poco.
era difícil verlo porque nuestros horarios nunca coincidían, pero la primera vez que lo vi sentí algo más allá de cualquier otro sentimiento existente.

Fue durante el almuerzo, cuándo lo vi mientras hablaba con Delfina y sentía su intensa mirada sobre mi rostro, además de su más que delicioso aroma a omega.

Puede que nos hayamos tropezado antes, pero no días antes, si no vidas. en ese momento sentí que estaba delirando, ni siquiera sabía quién era pero sentía muy profundamente que estabamos unidos.

Moví contactos y supe varias cosas más, cómo que vivía en un departamento compartido con un chico que en principio crei, seria su novio, pero resultó ser un amigo.
tenía una banda con Delfina que era otra chica de la oficina, el amigo que vivía con él y otro más.
sabía que solía llegar tarde a la oficina porque andaba en bicicleta, lo que me parecía una demencia, después de todo,no tenía diez años.

No había nada en este tipo que pudiera gustarme, era desprolijo, se vestía como un adolescente que no se baña, era impuntual,inoperante y no parecía tener un proyecto de vida funcional.

y sin embargo, el impulso.

Supe que los viernes iba a ese bar. en realidad eran dos opciones y yo escogí ese como un azar del destino.
pero el destino no parecía estar de mi lado pues aguarde en la oscuridad una eternidad mientras me emborrachaba y pensaba en que esperaba, nunca habíamos hablado pero por supuesto no iba a hacerlo en la oficina, tenía que provocar un encuentro casual y entonces...¿que? ni siquiera sabía si le gustaban los alfas como yo pese a sentir sus miradas,pero a mi todos los empleados me miran porque me temen, no había mucha diferencia.

Di con él cerca de las dos de la mañana.
llegó con dos chicos y hablaba enérgicamente con ellos, al parecer venían de otro lado porque estaban más borrachos que yo.

En ese momento empezó una cacería sin sentido. era yo, oculto en la muchedumbre viendolo a él, que pasaba totalmente de mí, se reía y su sonrisa parecía iluminarlo todo, tenía mucha energía, se llevaba bien con todos, era conocido...y hermoso.

Una hora más tarde me di por vencido, había intentado acercarme y el miedo me lo había impedido, me sentía miserable, no era mi primera vez intentando estar con un omega, siempre con éxito, pero este hombre en particular me movía una fibra sensible.

resignado fui por un trago más, ni siquiera podia apoyar los brazos en la barra, estaba tan pegajosa y mojada que me daban arcadas.

-¿no era más fácil invitarme a tomar algo?-escuché preguntar a alguien a mi lado. era él

-¿perdón?-le pregunté totalmente nervioso, no entendía como un simple empleado podía generarme algo asi

-lo perdono, señor Kukuriczka, soy Francisco-me dijo sonriendo

-si,ya lo sé, pago tu sueldo

-no pensaba que alguien como usted frecuente un bar así

-¿qué tiene de malo el bar?

-pero el bar no le importa tanto ¿no?-me dijo aún sonriendo

-no lo entiendo-le mentí,era claro que sabía que estaba ahí por él, me sentí un idiota, y esa no sería la primera vez que Fran me hiciera sentir eso

-creo que no vino al bar por el bar en sí si no para verme a mí

me reí fuerte, más por los nervios que por otra cosa. él no borró su sonrisa

-ni siquiera sé quién sos, solo queria...conocer

-pensé que sabía que me llamo Francisco

lo miré. ahí estaba todo lo que necesitaba saber, él era de los míos, y estaba interesado, no sería difícil.

apoyé la mano en su rodilla con discreción y bebí mi trago

-¿vivis por acá?

dijo que si con la cabeza pero noté que no sonreía tanto, mi mano o bien lo incomodaba o no se lo esperaba

-¿vamos?

-¿a mi casa?

-o preferís...¿dónde?

parecía confundido y me arrepentí inmediatamente, no quería incomodarlo

-perdón-le dije retirandole la mano de encima

-¿me está invitando a...

-malinterprete las cosas, puede pasar-le dije poniéndome de pie

Empecé a alejarme entre la gente pero sentí su mano tirando de la mia

-me gusta, señor Kukuriczka, no hay malas interpretaciones

-¿no somos grandes para decirnos esas cosas?

-¿y como lo dicen los grandes?

Era, por mucho, totalmente distinto a todo lo que yo conocía y había deseado alguna vez y sin embargo me encantaban sus dedos en los míos y esa mirada inocente

-podes decirme Esteban...fuera de la oficina

su sonrisa se agrando un poco más

-podriamos tener una cita en vez de...ya sabes, directamente

-¿cita?

-cita, vos y yo a una hora,haciendo algo...

-podemos ir a un hotel, conozco uno en las afueras que es muy discreto...

-Esteban,no te quiero coger...bueno, si, pero me refiero a salir a divertirnos juntos, conocernos...estuviste acá mirandome toda la noche y yo hago lo mismo en el trabajo, hay interés, ¿porque no salir en una cita?

-¿como...gente heterosexual?

-como dos chicos que salen ¿nunca tuviste una cita?

Negué con la cabeza sintiendome avergonzado, yo nunca había tenido tiempo para eso y además, la idea de que me vean con otro hombre en una "cita" me resultaba extraña

-¿puedo ser tu primera cita entonces?

-pero la gente nos va a ver

-a nadie le importa

Quería decirle que si, simplemente decir sí sin hacer un análisis de los riesgos y las consecuencias, pero estaba asustado

-creo que tengo que irme

solté su mano y me aleje. pero entonces me detuve. habia pasado casi Veintisiete años esperando por algo asi y solo había encontrado encuentros ocasionales con tipos reprimidos como yo; tenía este chico maravilloso proponiendome algo dulce, tenía que callar las voces que me decían que estaba mal.

-esta bien, pero algo discreto...-le dije mirandolo

-yo me encargo-dijo y entonces besó mi mejilla

claramente su idea de discreción distaba de la mía, y asi fue siempre.

Siempre nuestro: Francisco x EstebanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora