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POV Esteban

Había pasado por una conversación similar a la que estaba teniendo cientos de veces, pero nunca había involucrado a nadie más.
llevaba mi vida entera escuchando a mis padres cuestionarme el porque no llevaba una novia, porque no invitaba a la hija de tal família, que chica me gustaba más y cosas como esas. Con el tiempo aprendí a fabricar respuestas más elaboradas y rápidas, y me crei bueno en eso hasta ese momento, en mi casa,con mis padres sentados en frente, exigiendo un almuerzo con Delfina.

-solo queremos saber que clase de chica es-habia dicho mi madre con su habitual tono suave y sumiso al hablar. ella no era como mi padre, pero no estaría feliz de saber que salía con omegas hombres, estaba seguro.

Habían llegado a casa cerca del mediodía sin avisar y de pura casualidad Francisco no estaba conmigo.
en un principio crei que hablaríamos de la empresa, ese era el motivo más común para visitarme, pero en aquélla ocasión fue distinto, querían hablar de mi nueva relación, y querían conocer a Delfi.

-papá la conoce, además no voy a casarme con ella,solo estamos...saliendo

-Esteban, no seas vulgar. y yo no la conozco, solo la veo en la oficina, no sabía que era tu novia y no la veía como tal...

-no es mi...

-el jueves. los esperamos en casa el jueves

No había nada que pudiera hacer, ante mis padres me sentía pequeño e impotente, nacido solo para cumplir sus deseos, aunque sean distintos a los míos casi siempre.

●●●

Al día siguiente, en la oficina, me pasé la mañana pensando en como pedirle aquél favor; planee muchos planes de método, descarte otros tantos y finalmente baje al piso dónde Delfi y Fran trabajaban juntos, pero no la vi.
Él estaba totalmente sumergido en una charla animada con otro empleado.
los dos hablaban y reian ajenos a mi presencia, asi que aproveche para acercarme despacio y sorprenderlos de golpe

-¿trabajando duro?-les pregunté

el otro empleado se volvió blanco como un fantasma, se disculpó y volvió a su estación de trabajo casi temblando.
Fran se inclinó contra el respaldo de su asiento y me miró.

-lo lamento, señor, de ahora en más me atornillare al asiento, me pegare el teléfono al oído y jamás me iré, ¿quién necesita comer, dormir o interactuar con otro ser humano cuando...

-basta-le susurre, ambos sabiamos que era todo una broma pero los demás podían escuchar-¿Delfina dónde está?

Él se estiró para buscarla en su habitual sitio y al no verla se encogió de hombros

-habrá ido al baño

-necesito hablar con ella

-¿viniste por ella?-preguntó en un tono de voz bajo, algo decepcionado

-si, vine a verla

-¿y a mí no?

tenía demasiada facilidad para ablandarme, sobre todo cuando aquél gesto triste con los labios y los ojos, era un cachorro mojado y pensé en las ganas que tenía de besarlo, cosa que obviamente no podía hacer

En ese momento Delfina regresó, resultó ser que había salido unos minutos a almorzar.
Me acerqué a ella y le pregunté si podíamos hablar en privado unos momentos en la cocina.

Una vez allí y alejados de los empleados, sobre todo de Francisco,me di cuenta que pedirle aquello me resultaba más difícil

-imagino que no es algo de la empresa, asi que deberías confiar en mí, solo decilo

Siempre nuestro: Francisco x EstebanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora